La verdadera historia del negocio entre Franco Macri y Donald Trump en Nueva York
El poder se encargó de transformar una realidad de mafias, corrupción y chantaje, en una historia de negocios entre caballeros con final feliz y con un presente que desafía la imaginación: dos de sus protagonistas son Presidentes de sus países
La verdadera historia del negocio entre Franco Macri y Donald Trump en Nueva York
Donald Trump recuerda en su biografía que en 1979 tuvo que tomar la "decisión más dolorosa de su vida", vender una parte de las cinco manzanas que tenía frente al río Hudson en Nueva York. El comprador de esos terrenos fue Franco Macri que tenía a Socma como una empresa vital que tiempo después lo llevó a asociarse a Waste Mangement y traer a la Argentina de la mano de Manliba, una nueva forma de recolectar la basura. También fue pionero en la telefonía móvil porque asociado a la Bell fundaron Movicom en los años finales de Raúl Alfonsín.
Pero esos dos negocios sobrevinieron después del estrepitoso fracaso de enfrentar a Donald Trump, que en aquellos momentos tenía una íntima conexión con la mafia que dominaba el negocio de la construcción en Nueva York. Cuando Macri se hace cargo del enprendimiento, entre las condiciones que le impuso el alcalde de Nueva York, estaba la remodelación de la estación del metro de ese lugar.
Franco Macri consiguió financiamiento del Chase Manhattan Bank y creyó que lo que venía era la prosperidad en la capital mundial de la libre empresa. Pensó que sería más fácil que en la Argentina donde cada negocio dependía del Estado.
Decidió comprar el cemento fuera de Nueva York. Era más conveniente el precio. En poco tiempo se dio cuenta de que los valores tan diferentes no eran producto de la competencia. En Nueva York el cemento era más caro porque lo monopolizaba la mafia, la misma que le había permitido a Donald Trump convertirse en el jugador más importante del negocio inmobiliario.
Los estrechos vínculos entre Trump y la mafia hicieron imposible la vida de Franco Macri en Nueva York. Mauricio era apenas un espectador de 21 años que había participado de las negociaciones. Los camiones de cemento no pudieron atravesar el puente que une New Jersey con Nueva York. Padecieron atentados, amenazas a los choferes y dicen que uno de los vehículos cargado de cemento conoció el fondo del río.
Mauricio era apenas un espectador de 21 años que había participado de las negociaciones. Los camiones de cemento no pudieron atravesar el puente que une New Jersey con Nueva
El sindicato de la construcción, que también respondía a la mafia, comenzó una serie de huelgas. El alcalde de Nueva York, inesperadamente, le comunicó que antes de empezar la construcción del complejo de edificios, tenía que remodelar la estación de subterráneos, la parte no rentable del emprendimiento y que le llevaría USD 30 millones de la inversión planeada, una suma astronómica para la época.
PARA LA PRENSA, UNA DE LAS OBRAS MÁS IMPORTANTES DE NUEVA YORK NO EXISTÍA
Los medios de comunicación silenciaron el escándalo y jamás escribieron una línea promocionando la construcción del emprendimiento. Para la prensa, una de las más importantes obras de Nueva York, no existía. En su biografía, Trump lo adjudica a la mala comunicación. "Su último error fue que nunca supo generar entusiasmo con el Lincoln Center. Durante esos cuatro años no se escribió una sola línea sobre el proyecto", relató.
Franco tuvo que rendirse. La mafia y el alcalde le hicieron la vida imposible.
En 1983 vino la abdicación: firmó una carta de intención para que el ahora electo presidente norteamericano le recomprara a un precio vil las cinco manzanas. Los USD 100 millones, eran menos de la mitad de lo que había pagado Franco Macri.
El empresario argentino, se arrepintió y le comunicó a Trump que no iba a hacer efectiva la carta de intención. Estaba esperanzado en conseguir una nueva línea de crédito, pero el Chase Manhattan le rechazó la petición. Era demasiado riesgo. Ellos sabían de los problemas por los que estaba atravesando.
En 1985 se concretó la venta. Mauricio Macri tuvo una activa participación en las negociaciones y a partir de allí quedó un vínculo con Donald Trump que fue por conveniencia y no por un dulce recuerdo.
Franco Macri al poco tiempo, tuvo un infarto que casi le cuesta la vida. Sus allegados lo adjudican al desgaste del emprendimiento. Hoy el empresario recuerda a Trump con rencor, algo que no puede hacer su hijo.
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