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Ha-Joon Chang, el economista coreano que ha inspirado al presidente de Ecuador, Rafael Correa - en argentina ni idea de esta persona, menos los oligarcas desinformados y tilingos ignorantes que gobiernan...
Ha-Joon Chang es una estrella de la economía. La revista Prospect considera a este profesor de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, como uno de los economistas más influyentes del mundo. Y el país donde esa influencia se ha visto traducida a políticas concretas puede sorprender un poco: Ecuador.
Ha-Joon Chang, el economista coreano que ha inspirado al presidente de Ecuador, Rafael Correa
Y más concretamente el Ecuador del gobierno de Rafael Correa, quien desde 2007 lo ha mencionado como referente en numerosas ocasiones.
¿Hay algo de lo que ha hecho Correa que le haya parecido calcado de su pensamiento?, le pregunta BBC Mundo a Ha-Joon Chang en una visita a Cartagena, Colombia, para el Hay Festival.
"No, no, no", responde con una risita como avergonzada, el heterodoxo académico, con sus maneras risueñas y afables.
"Me ha citado aquí y allí", explica, "pero no es que haya escrito un manual para el gobierno ecuatoriano" (aunque trabajó con el Ministerio de Producción para revisar su plan industrial).
Luego admite que hay una línea que se superpone cabalmente con su forma de ver el desarrollo: "Tiene claro que si uno continúa exportando bienes primarios se llega a un callejón sin salida, con lo cual hay que desarrollar nuevas actividades".
Estado activo
También hay una coincidencia de pensamiento con las políticas proteccionistas implementadas por Correa, como la imposición de tarifas a la importación.
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Chang sostiene que los países desarrollados demandan, desde una perspectiva neoliberal, que las economías en desarrollo no implementen ese tipo de barreras, cuando a lo largo de su propia historia económica las naciones hoy ricas sí lo hicieron.
En su más reciente libro, "Economía para el 99% de la población", Chang señala de forma positiva que Ecuador ha sido uno de los países latinoamericanos que en la última década se había alejado de las políticas neoliberales "que tanto los habían perjudicado".
Los otros ejemplos más destacados han sido, dice allí, Brasil, Bolivia, Venezuela, Argentina y Uruguay.
El académico argumenta que todas las historias de éxito económico han tenido como facilitadoras a un Estado activo, y en ese sentido Correa ha aumentado el gasto social, en educación y la inversión estatal en infraestructura.
Este no es el momento para (que Ecuador abandone el dólar), porque la economía está cayendo, hay limitaciones financieras, se debió haber hecho durante la bonanza.
Según estadísticas oficiales, su política económica ha obtenido logros como la reducción de las tasas de pobreza, por ejemplo (de 37% en 2007 a poco más de 22% en septiembre de 2015).
Pero Correa también ha sido criticado por su manejo del poder. De acuerdo con la oposición, ha concentrado el poder en sus propias manos, ha llenado las cortes con sus aliados y ha reprimido a sus opositores políticos y a los medios de comunicación privados.
¿Dólar sí o no?
En su conversación con BBC Mundo, no obstante, Ha-Joon Chang se concentra en la visión económica y de desarrollo del presidente ecuatoriano.
El hecho de que apruebe en términos generales su enfoque no implica que considere que lo haya hecho todo bien.
"Creo que Ecuador ha intentado mucho evitar la dependencia de los commodities, pero todavía un 80% o hasta 90% de sus exportaciones son de petróleo", señaló.
Un falencia importante, según el académico, es que no ha tenido una política tan agresiva para desarrollar su industria.
"Creo que van en la dirección correcta, pero todavía no ha habido una gran transformación".
Uno de los grandes problemas de Ecuador, que lo deja sin control de su política monetaria es el hecho de que antes de la llegada de Correa al poder la economía fue dolarizada y, aunque el presidente dijo que dejaría de usar la divisa estadounidense, eso no sucedió.
"Creo que lo deben abandonar", indica Chang, "pero debe estar muy bien planificado".
Y aclara: "Este no es el momento para hacerlo, porque la economía está cayendo, hay limitaciones financieras, se debió haber hecho durante la bonanza".
Japón y Corea del Sur
Pero, ¿qué es lo que se debió haber hecho?
La respuesta es una máxima que aparece en sus publicaciones y que suena, en principio, poco racional: "Lo que uno debe hacer depende en gran medida de lo que uno quiere hacer".
Desafortunadamente, (las economías latinoamericanas) no se prepararon realmente para el día en que se acabara esa bonanza (de commodities)
Da como ejemplos a Japón ("¿por qué debería ser bueno haciendo autos?") y a Corea del Sur ("¿por qué debería ser bueno haciendo teléfonos celulares?").
Simplemente, dice, en cierto momento histórico sus gobiernos y la empresa privada se pusieron de acuerdo en qué sectores querían desarrollar; y luego se dedicaron con ahínco durante 30 a 40 años a hacerlo realidad.
"Ecuador puede hacer lo mismo", sostiene. Hay áreas obvias en las que el país se puede enfocar, según él: farmacéutica y bioingeniería (por la biodiversidad del país), por ejemplo. Pero no descarta que si se lo propone, podría ser líder, por ejemplo, en nanotecnología.
América Latina y el fin de la década de oro negro
En todo caso, Ecuador siguió el camino, en cierto sentido, de varias economías de América Latina, que tuvieron una década de crecimiento económico robusto alimentado por especialmente por la bonanza de las materias primas.
Muchos, además, hicieron cosas positivas para reducir la pobreza y la inequidad, de acuerdo con Chang.
"Desafortunadamente, no se prepararon realmente para el día en que se acabara esa bonanza", sentencia.
En el futuro inmediato ve problemas para los países de la región, por una serie de factores: un contexto en que la toma de crédito a buenas tasas se volvió más difícil, en que la economía china se desacelera y la turbulencia financiera se incrementa en los mercados globales.
Los gobiernos latinoamericanos deberían haber sido más agresivos, cree, para enfrentar el efecto de la sobrevaluación de sus monedas, lo que volvió poco competitivas y destruyó parte de sus industrias manufactureras.
Ahora se han empezado a corregir esas valuaciones, pero el efecto positivo en las exportaciones demorará en llegar, advierte.
El caso de Venezuela
El país de América Latina que probablemente peor ha capeado el temporal de los vaivenes del petróleo ha sido Venezuela.
Chang le cuenta a BBC Mundo que hace unos diez años visitó el país, en la época de buen ingreso petrolero, y tuvo una reunión con todo el gabinete, junto a otros académicos.
Según relata, intentó señalar que era buena idea que durante la bonanza invirtieran en sus industrias futuras y les advirtió que el precio del petróleo no se mantendría alto por siempre.
"Pero, a excepción del ministro de Planeación, a nadie le interesaron mis argumentos", dice con resignación.
Ahora, hagan lo que hagan, dice, los frutos se verán tal vez en diez años.
Es que para él no existen las soluciones rápidas para ninguna economía.
Todos los casos de desarrollo exitoso han realizado inversiones a lo largo de varias décadas.
Más crisis
De acuerdo con el análisis de Chang, el contexto global futuro no es promisorio.
"En los últimos tres decenios de hiperglobalización, el crecimiento económico se ha ralentizado, la desigualdad ha aumentado y las crisis financieras se han vuelto mucho más frecuentes en la mayoría de los países", escribió en "Economía para el 99% de la población".
Él argumenta que desde mediados de los años 70 se registró una creciente frecuencia en las crisis financieras, algo que entre 1945 y esa década no se había registrado.
En su último libro menciona algunas: la de 1990 en los países escandinavos; la crisis mexicana de 1994 y 95; la asiática de 1997; la brasileña del 99, la argentina de 2001-2002; y, por supuesto, la gran crisis financiera de 2008.
La causa, para Chang, ha sido la cada vez más grande complejidad del sector financiero, en el que se transan instrumentos de muy alto riesgo.
"Mucha gente tenía la esperanza de que la crisis de 2008 trajera nuevas regulaciones para limitar la excesiva complejidad del sector financiero", dice a BBC Mundo.
Pero aunque hubo alguna regulación adicional, la situación fundamental no ha cambiado, porque, agrega, el sector financiero es demasiado poderoso.
Chang cree que habrá otra crisis, de la que identificó algunas potenciales causas emergentes: las burbujas en los mercados bursátiles estadounidense, chino y japonés y la del mercado inmobiliario en Reino Unido.
"Desafortunadamente, hemos sorteado la última recesión creando otra serie de burbujas", añade, "y creo que pagaremos el precio".
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nota original bbc mundo
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