ENTREVISTA AL DR. EDUARDO DVORKIN: “Los profesionales que trabajan en simulación computacional provienen de distintas carreras”

Durante su reciente visita al Instituto Balseiro, el Doctor Eduardo Dvorkin brindó un coloquio sobre su especialidad: los modelos computacionales. De hecho, Dvorkin está a cargo de poner en marcha el “Centro de Simulación Computacional para Aplicaciones Tecnológicas”, del Polo Científico-Tecnológico en la ciudad de Buenos Aires. Además, es Doctor en Filosofía en Ingeniería Mecánica del MIT (Massachusetts Institute of Technology); realizó un Máster en Ciencia de Ingeniería Mecánica del mismo Instituto estadounidense; y es Ingeniero Electromecánico de la Universidad de Buenos Aires.



Fecha de publicación: 10/12/2013

A sus 62 años de edad, Eduardo Dvorkin conoce en carne propia el desarrollo de la historia de la computación. “En mis primeros trabajos en computadora se usaban tarjetas perforadas. Procesábamos información en máquinas muy grandes, que ocupaban grandes habitaciones, y a la vez de muy poca potencia, a tal punto que eran menos potentes que una calculadora de bolsillo actual”, contó Dvorkin en una entrevista realizada en el campus del Balseiro en el Centro Atómico Bariloche, donde muchos grupos de investigadores basan su trabajo en la utilización de la simulación computacional como principal herramienta.

Entre otras distinciones y premios, Dvorkin recibió en dos ocasiones el Premio Konex-Diploma al Mérito en Ciencia y Tecnología: en 2003, en la Disciplina “Desarrollo Tecnológico”; y en 1993, en la disciplina “Ingeniería Electrónica y de Comunicaciones y Computación”. En la charla que brindó dentro del ciclo de coloquios del Instituto Balseiro, entre otros temas expuso los distintos métodos de simulación computacional y sus aplicaciones en diversas áreas.

-¿Cuáles son los campos más desarrollados en Argentina en el campo de la simulación computacional?
-En Argentina los campos que están más avanzados en el desarrollo de modelos computacionales son los que tienen que ver con la industria aeroespacial, la minería y la producción de petróleo. En ese sector, por ejemplo, se realiza la simulación de fractura hidráulica y de la explotación de reservorios. Otro campo avanzado es el vinculado con el desarrollo de nuevos materiales, incluyendo la nanotecnología como un punto central, donde se busca desarrollar nuevos materiales en base a modelados.

-Para quienes no están al tanto del tema, ¿podría contar en qué consiste el modelado por simulación computacional?
-El objetivo es estudiar un fenómeno físico, como por ejemplo estudiar el comportamiento físico de un nuevo material, un satélite o una formación rocosa. Para todo ese tipo de problemas, el estudio se realiza de la siguiente forma: primero, se establecen las ecuaciones matemáticas que rigen el comportamiento del fenómeno estudiado. Una vez establecidas, y para obtener resultados de ese modelo matemático, o sea, que sean números concretos que se puedan utilizar en la práctica, hay que resolverlo utilizando una computadora. Entonces, el conjunto de técnicas que se usan en la computación para resolver los modelos matemáticos son precisamente lo que llamamos modelado computacional.

-¿Quiénes son los profesionales que trabajan en este campo profesional? ¿Hay una única carrera o provienen de muchas carreras?
-Los profesionales que trabajan en simulación computacional provienen de diferentes carreras, de las ingenierías, de la física, de la química y de las matemáticas. Por lo general, se forman con posgrados. En los grupos que trabajan en el desarrollo de modelos computacionales, hay investigadores formados que han hecho sus doctorados y con ellos hay chicos que se van transformando en investigadores en esta temática. No hay una carrera de grado sobre simulación computacional. Pero hay carreras de posgrados que especializan en esta temática, por ejemplo la UBA tiene una maestría en simulación y control.

-¿Usted se graduó en la UBA y se especializó en el MIT, y en algún otro lugar más?
-Me gradué de Ingeniero en la UBA y me doctoré en el MIT ya trabajando en modelado computacional, modelando estructuras laminares. Ese tipo de estructuras componen los aviones, los barcos, los satélites… Y el desafío es estudiar cómo reaccionan ante diferentes fuerzas y cargas de temperaturas.

-Tomando como ejemplo el desarrollo de un satélite, ¿las simulaciones computacionales sirven antes y después de su lanzamiento?
-El cálculo estructural obviamente se hace antes, mientras se diseña el satélite. En la simulación se calculan variables como las vibraciones causadas por la propulsión del cohete y la carga térmica por estar expuesto al sol. Una vez que está en órbita, se usa otra simulación computacional, para analizar cómo se va a ir modificando la órbita del satélite, el tratamiento de imágenes que se envían a la Tierra, entre otros factores.

-¿Cómo era diseñar grandes obras o dispositivos antes del surgimiento del modelado computacional?
-Los ingenieros hacían cálculos manuales. Pero antes de los cálculos manuales, construían en base a la prueba y el error. Los que construyeron monumentos como la Basílica de San Pedro, en Roma, no calculaban. Aún no estaba desarrollado el cálculo. Así que debían ir adquiriendo la experiencia para construir ese tipo de obras, y algunas se les caían. Luego surgió el cálculo manual; las estructuras se calculaban y se tenía más seguridad de que no se cayeran. Pero los factores de seguridad que se tenían que usar, porque el cálculo no era exacto, hacían que salieran estructuras necesariamente más pesadas. A medida que los métodos de cálculo se fueron refinando hasta llegar al modelado computacional, se comenzaron a hacer estructuras más livianas y más aptas para cumplir sus funciones.

-¿Y cuándo nació el modelado computacional?
-En la empresa Boeing, en los Estados Unidos, en la década de 1960. Y desde entonces ha evolucionado muchísimo. En la actualidad, hay gente que simula fluidos, con lo que sucede a nivel atomístico, o con el clima, que es una de las simulaciones más complejas…

-Usted está a cargo de la puesta en marcha del “Centro de Simulación Computacional para Aplicaciones Tecnológicas”, del Polo Científico-Tecnológico, ¿podría contar algunos detalles sobre ese proyecto?

-Es un proyecto muy interesante porque le va a dar a la comunidad científica argentina una herramienta para usar simulación computacional muy poderosa. Si bien no nos coloca a la cabeza de las más poderosas en el mundo, nos ubica en el campo de la simulación usando computadoras de alto rendimiento. Esta herramienta nos va a permitir, por un lado, resolver problemas tecnológicos concretos; y, por otro lado, formar nuevos profesionales en este campo, algo que es importantísimo.

-¿Hay un déficit en Argentina de profesionales formados en modelado computacional?
-Sí, en el país no sólo hay un déficit de gente formada en este campo sino que hay un déficit de ingenieros y de gente dedicada a las ciencias duras en general. Lanzar un proyecto nuevo implica conseguir ingenieros, físicos, biólogos y profesionales afines y ese es uno de los temas más difíciles de resolver.

-Por último, ¿cuáles son los desafíos en su área profesional?
-El desafío es, desde el punto de vista científico, poder explotar la potencia que te dan estas máquinas mediante el desarrollo de software adecuado para usarlas con mayor eficiencia. Otro desafío es llevar este tipo de simulaciones no sólo al campo científico sino también al tecnológico. Veo asimismo como desafío que cuando se quiera simular un reservorio o un reactor, dentro del sistema científico nacional existan las herramientas y la gente adecuadas para poder hacerlo. Es decir, el gran desafío es formar un sector con gente y todas estas herramientas a punto, ya sea en hardware o software, y poder instalar en Argentina una potencia de cálculo que se pueda usar en problemas tecnológicos.

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