Los nazis que cobraron pensiones en EE.UU.

El gobierno de Estados Unidos les pagó en los últimos años a decenas de presuntos criminales de guerra nazis millones de dólares en beneficios de seguridad social estatal tras obligarlos a dejar el país.



Así lo descubrió una investigación de la agencia de noticias Associated Press (AP), que encontró que los pagos fueron realizados por medio de un vacío legal.

De acuerdo con la información, el Departamento de Justicia de EE.UU. les dijo a los sospechosos que podrían mantener sus beneficios si salían del país, y algunos todavía reciben el dinero.

Entre los involucrados hay personas que supuestamente trabajaron en campos de concentración nazis como Mauthausen, Buchenwald y Auschwitz-Birkenau.

Según explica el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow, el Departamento de Justicia dijo en un comunicado que en 1979 el Congreso ordenó que los nazis en Estados Unidos fueran enviados a países donde pudieran enfrentar la posibilidad de una acusación criminal.

En Buchenwald y Auschwitz

Entre quienes recibieron prestaciones en EE.UU. se encuentran personas que hicieron guardia en campos de concentración.

Entre quienes recibieron prestaciones en EE.UU. se encuentran personas que hicieron guardia en campos de concentración. La investigación encontró que hay al menos cuatro beneficiarios que siguen vivos y continúan recibiendo sus prestaciones.

Uno de ellos es Martin Hartmann, un antiguo guardia de la SS (organización policial de la Alemania nazi) en el campo de concentración de Buchenwald, quien se trasladó a Berlín desde Arizona en 2007, justo antes de que le fuera retirada su ciudadanía estadounidense.

Martin Hartmann regresó a Alemania en 2007.

Otro de los implicados es Jakob Denzinger, quien patrulló el campo de concentración de Auschwitz. Denzinger partió de Ohio a Alemania en 1989 y actualmente vive en Croacia.

Según el informe, los pagos ocurrieron a través de un vacío legal que le permitía al Departamento de Justicia persuadir a los sospechosos para que dejaran Estados Unidos.

Si lo hacían o escapaban antes de su deportación, podían mantener sus beneficios de Seguridad Social.

Al menos 38 de 66 sospechosos que dejaron Estados Unidos pudieron mantener los pagos que por ese concepto recibían del gobierno.

"Absolutamente escandaloso"

El tema generó una primera reacción en el Congreso de Estados Unidos de parte de la representante demócrata Carolyn Maloney, de Nueva York, quien dijo que le parece "absolutamente escandaloso" que los supuestos nazis siguieran recibiendo sus beneficios.

Un vacío legal permitió que los supuestos criminales recibieran pagos por prestaciones sociales en EE.UU.

El Departamento de Justicia, por su parte, emitió un largo comunicado en el que resaltó que desde los años 80, algunas personas que las autoridades creían podían ser criminales nazis dejaron Estados Unidos y entregaron la ciudadanía para no enfrentarse legalmente al gobierno.

"Bajo las leyes vigentes de Estados Unidos, todas las prestaciones de jubilación se terminan si a alguien se le ordena en una corte que deje Estados Unidos", dice el comunicado, atribuido al portavoz Peter Carr.

"Sin embargo, si un individuo renuncia a su ciudadanía y deja Estados Unidos de manera voluntaria, puede continuar recibiendo los beneficios del Seguro Social".

El comunicado también resaltó que "los supuestos criminales nazis dejaron Estados Unidos de manera voluntaria y en ningún caso el Departamento de Justicia abogó en favor de ningún supuesto criminal nazi para que pudiera mantener sus beneficios de jubilación".

"Algunos de los individuos involucrados fueron acusados luego en Europa por sus crímenes en la era nazi, todos vieron sus vidas en EE.UU. interrumpidas permanentemente, perdieron otros beneficios como Medicare (seguro estatal de salud) y casi todos vivieron el resto de sus vidas en el extranjero bajo, al menos, la amenaza de una acusación", concluye el comunicado.

¿Quiénes eran?

Jakob Denzinger continúa recibiendo las prestaciones, según AP.

Jakob Denzinger: comenzó en una de las unidades encargadas de administrar los campos de concentración, luego emigró a Ohio y se convirtió en un ejecutivo de la industria del plástico.

Martin Hartmann: se hizo voluntario de la SS en 1943, le fue retirada su ciudadanía de EE.UU. y reconoció su pasado nazi.

Martin Bartesch: fue un guardia en el campo de concentración Mauthausen, trabajaba como conserje cuando las autoridades de EE.UU. descubrieron su pasado.

Arthur Rudolph: acusado de usar trabajadores explotados en una fábrica de cohetes nazi, llegó a EE.UU. tras la guerra gracias a sus habilidades técnicas.

John Avdzej: fue un alcalde regional nazi en la Bielorrusia ocupada, aseguró que era un granjero cuando emigró a EE.UU.

Wasyl Lytwyn: sirvió en una unidad SS en el gueto de Varsovia, trabajó como un oficinista de embarques en Chicago y luego admitió haber ocultado su servicio en la SS.

Peter Mueller: fue un guardia de la SS que llegó a EE.UU. en 1956 y residió en Illinois antes de partir de manera voluntaria a Alemania.

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