La revolución Bitcoin ya tiene sede en Buenos Aires

Empresas de la comunidad comparten oficinas en pleno centro porteño. Opina Sebastián Serrano, CEO de Bitpagos.



Se acaba de inaugurar la 'embajada' del Bitcoin en Argentina, un edificio ubicado en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires en el que diversas empresas desarrollan sus actividades en torno a esta criptomoneda con creciente aceptación mundial. El espacio servirá además para brindar charlas informativas y reunir a los actores involucrados en el ecosistema local, uno de los más inquietos en el mundo.

El espacio fue ideado, entre otros, por Diego Gutiérrez Zaldivar, pionero en el desarrollo web en Argentina, y hoy lo habitan distintas empresas como así también emprendedores que podrán hacer uso de un espacio de coworking.

¿Bitcoins? El Bitcoin es una criptomoneda descentralizada, un medio digital de intercambio que no pertenece a ningún país y no es controlada por bancos o instituciones financieras. Cuenta con ventajas como la imposibilidad de falsificación o duplicación, no necesita intermediarios, y puede cambiarse a pesos, dólares, euros u otras divisas y viceversa, como cualquier moneda.

Bitpagos es una de las empresas dedicadas a los Bitcoins que habita este espacio. Recientemente anunció una alianza con Avalancha.com para que esta tienda online acepte la criptomoneda en sus transacciones, y según Sebastián Serrano, su CEO, ya tienen más de 600 comercios de Argentina, Chile, Brasil y Venezuela registrados en su plataforma de transacciones.

Construyendo la infraestructura

Mientras crece la comunidad del Bitcoin Sebastián revive los inicios de Internet, cuando junto a sus amigos desarrolló el primer proveedor del servicio en su pueblo Choele Choel, allá por 1999. "Con Bitcoin me pasa que veo todo muy similar a esa época, cuando teníamos que explicar Internet, hacíamos conferencias y charlas, y lo importante era generar el acceso. Hoy estamos construyendo la estructura del Bitcoin".

Analista programador, graduado en la Universidad de la Plata, Serrano conoció al Bitcoin gracias a una conferencia que trató sobre una primera burbuja especulativa que tuvo la criptomondea. "Siempre me fascinó técnicamente, pero no hice nada hasta fines de 2012, cuando empecé a notar que la tecnología realmente funcionaba y ya tenía un ecosistema desarrollado".

Junto a dos socios Sebastián comenzó a trabajar en un prototipo de Bitpagos para presentarlo en la primera conferencia de Bitcoins en San José, California, y allí mismo consiguieron el primer inversor para el startup, quien los invitó a acelerarse en San Francisco. Así desarrollaron la plataforma, tuvieron sus primeros clientes, y también las primeras rondas de inversiones.

"Somos el único procesador de pagos de la región pensado para la región, buscando resolver los problemas locales", se enorgullece Serrano. "Hoy en Argentina somos el único procesador de pagos que tiene clientes".

"Hoy todo se está convirtiendo en software"

- ¿Cómo explicarías la importancia del Bitcoin en el sistema financiero?
- Es un nuevo estadío de la forma de dinero, uno que se ajusta a la modernidad, a Internet. Hoy todo se está convirtiendo en software, no sólo el dinero, sino cada uno de los aspectos sociales. Internet trajo una desintermediación del poder. El hechode que Bitcoin sea una plataforma abierta permite que un desarrollador pueda sumarse a innovar en el sector financiero, que hasta ahora ha estado vedado para los emprendedores porque siempre requirió lobby y acceso a contactos. Hoy lo podemos tansformar desde el software sin pedir permiso.

- ¿Cómo te imaginas el impacto futuro que tendrá el desarrollo del Bitcoin?
- Lo más revolucionario es que se trata de dinero programable. El hecho de que sea dinero programable va a permitir construir cosas que hoy no se pueden con el dinero actual, como por ejemplo contratos inteligentes embebidos en una transacción. Podrían haber algoritmos que paguen por sus recursos, y que se produzca un darwinismo en el que persistan si son capaces de percibir suficiente dinero para poder comprar recursos de la red. Socialmente no sabemos qué implicancias puede llegar a tener, qué cosas podemos hacer que hoy sean impracticables. Es una revolución a ver.

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