Exclusivo y por única vez: lo que nadie contó ni contará sobre el cónclave que ungió a Bergoglio

A pesar de la discreción extrema que hubo en torno del cónclave, algunos de los más importantes cardenales, de los más altos organizadores del encuentro y los más destacados mozos del catering revelaron a Barcelona detalles jugosos de esa reunión histórica y, más especialmente, del momento en que Jorge Bergoglio devino Papa.


“Aunque no parezca, aunque uno crea que esos señores mayores son unas momias monotemáticas que hablan todo el tiempo de Dios, son tipos de carne y hueso que pueden hablar de muchas otras cosas que nada que ver, como la Biblia, la Virgen, los ángeles, Jesucristo y mucho más”, afirma J.M., lavacopas diplomado que trabajó para el cónclave.

Respecto de las votaciones, las versiones difieren, pero, según la mayor parte de los testimonios, “Bergoglio venía mal en las dos primeras, mas en la tercera hizo promesas seductoras a unos y a otros, salió de caminata a besar ancianos por el gran salón, agitó banderitas vaticanas con su nombre, repartió calcomanías y folletos y repuntó en grado sumo”, según especifican, a coro, varios de los chaperones de los religiosos.

Para los responsables de servir las vituallas durante el cónclave –que siguen exigiendo el más riguroso anonimato–, los festejos de Bergoglio, cuando supo que era el elegido, fueron “muy especiales”.

“Futbolero como es, salió corriendo hacia el medio del salón, agradeció al Cielo y se levantó el ropaje ceremonial, exhibiendo una remera que decía ‘Para vos, Jesucristo’”, revelan varios. Postales de un momento que quedará, sin duda, en la historia grande del mundo.

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