EE.UU.: Obama firmó la entrada en vigor de los recortes presupuestarios
Las agencias gubernamentales comenzarán a recortar un total de US$85,000 millones a sus respectivos presupuestos entre hoy y el 1 de octubre, aunque el Congreso y el mandatario aún podrían detener los recortes en las próximas semanas.
Washington (Reuters).- El presidente Barack Obama firmó el vienes por la noche una orden que hace entrar en vigor los recortes generalizados del presupuesto, después de no llegar a un acuerdo con los líderes del Congreso para encontrar un plan alternativo para evitar las reducciones automáticas que dañarán el crecimiento económico y pondrán en riesgo la disponibilidad militar.
Mientras Estados Unidos se dirigía a otra crisis fiscal, la Casa Blanca predijo que los recortes de gasto provocados por la incapacidad de Obama y los legisladores de llegar a un acuerdo más amplio para la reducción del déficit serían “profundamente destructivos” para la economía y la seguridad nacional del país.
“No todo el mundo sentirá el dolor de estos recortes de manera inmediata. No obstante, el dolor será real. Desde esta semana, muchas familias de clase media verán cómo afecta a sus vidas de forma significativa”, dijo Obama a periodistas tras su reunión con los líderes del Congreso.
A última hora del viernes, Obama firmó la orden que pone en vigor los recortes de gasto gubernamentales conocidos como “confiscación”. Las agencias gubernamentales comenzarán ahora a recortar un total de 85.000 millones de dólares a sus respectivos presupuestos entre el sábado y el 1 de octubre.
La mitad de los cortes recaerán en el Pentágono. El secretario de Defensa Chuck Hagel dijo que las reducciones ponen en riesgo “todas nuestras misiones”.
El Congreso y Obama aún podrían detener los recortes en las próximas semanas, pero ninguno ha expresado confianza en que lo consigan. Tanto demócratas como republicanos pusieron en marcha los recortes automáticos durante los febriles esfuerzos por reducir el déficit de agosto de 2011.
Mercados ignoran las crisis
Los acontecimientos del viernes supusieron la primera confrontación presupuestaria en Washington, de las muchas producidas en la última década, que no se resolvió de algún modo en el último minuto – a menudo bajo la presión de los nerviosos mercados financieros. Esta vez los mercados en Nueva York ignoraron el viernes la crisis en Washington, algo que llevan meses haciendo.
Los demócratas auguran que los recortes pronto podrían causar retrasos en el tráfico aéreo, escasez de carne por la ralentización de las inspecciones de seguridad alimentaria, perdida de miles de contratistas federales y daños a las economías locales de todo el país, sobre todo en las regiones más afectadas alrededor de emplazamientos militares.
En el corazón de la persistente crisis fiscal de Washington está el desacuerdo sobre cómo reducir el déficit presupuestario y los 16 billones de dólares de deuda nacional, amasada durante años de guerras en Irak y Afganistán y los estímulos del Gobierno para revivir la economía.
Obama quiere reducir el desfase fiscal con recortes de gasto y subidas de impuestos. Los republicanos no quieren ceder de nuevo en impuestos tras hacerlo en las negociaciones sobre el “abismo fiscal” en Año Nuevo.
Como porcentaje del gasto total del Gobierno al año, 3,7 billones de dólares, los recortes son pequeños. Pero dado que programas que suponen una red de seguridad como la Seguridad Social y Medicare no se tocarán, el grueso recae en empleados del Gobierno federal en vez de en los receptores de la ayuda.
El Gobierno de EEUU es el mayor empleador del país, con unos 2,7 millones de civiles contratados en todo el país. Si los recortes siguen en vigor, más de 800.000 de ellos podrían ver reducidos sus días laborales o su sueldo entre ahora y septiembre.
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Washington (Reuters).- El presidente Barack Obama firmó el vienes por la noche una orden que hace entrar en vigor los recortes generalizados del presupuesto, después de no llegar a un acuerdo con los líderes del Congreso para encontrar un plan alternativo para evitar las reducciones automáticas que dañarán el crecimiento económico y pondrán en riesgo la disponibilidad militar.
Mientras Estados Unidos se dirigía a otra crisis fiscal, la Casa Blanca predijo que los recortes de gasto provocados por la incapacidad de Obama y los legisladores de llegar a un acuerdo más amplio para la reducción del déficit serían “profundamente destructivos” para la economía y la seguridad nacional del país.
“No todo el mundo sentirá el dolor de estos recortes de manera inmediata. No obstante, el dolor será real. Desde esta semana, muchas familias de clase media verán cómo afecta a sus vidas de forma significativa”, dijo Obama a periodistas tras su reunión con los líderes del Congreso.
A última hora del viernes, Obama firmó la orden que pone en vigor los recortes de gasto gubernamentales conocidos como “confiscación”. Las agencias gubernamentales comenzarán ahora a recortar un total de 85.000 millones de dólares a sus respectivos presupuestos entre el sábado y el 1 de octubre.
La mitad de los cortes recaerán en el Pentágono. El secretario de Defensa Chuck Hagel dijo que las reducciones ponen en riesgo “todas nuestras misiones”.
El Congreso y Obama aún podrían detener los recortes en las próximas semanas, pero ninguno ha expresado confianza en que lo consigan. Tanto demócratas como republicanos pusieron en marcha los recortes automáticos durante los febriles esfuerzos por reducir el déficit de agosto de 2011.
Mercados ignoran las crisis
Los acontecimientos del viernes supusieron la primera confrontación presupuestaria en Washington, de las muchas producidas en la última década, que no se resolvió de algún modo en el último minuto – a menudo bajo la presión de los nerviosos mercados financieros. Esta vez los mercados en Nueva York ignoraron el viernes la crisis en Washington, algo que llevan meses haciendo.
Los demócratas auguran que los recortes pronto podrían causar retrasos en el tráfico aéreo, escasez de carne por la ralentización de las inspecciones de seguridad alimentaria, perdida de miles de contratistas federales y daños a las economías locales de todo el país, sobre todo en las regiones más afectadas alrededor de emplazamientos militares.
En el corazón de la persistente crisis fiscal de Washington está el desacuerdo sobre cómo reducir el déficit presupuestario y los 16 billones de dólares de deuda nacional, amasada durante años de guerras en Irak y Afganistán y los estímulos del Gobierno para revivir la economía.
Obama quiere reducir el desfase fiscal con recortes de gasto y subidas de impuestos. Los republicanos no quieren ceder de nuevo en impuestos tras hacerlo en las negociaciones sobre el “abismo fiscal” en Año Nuevo.
Como porcentaje del gasto total del Gobierno al año, 3,7 billones de dólares, los recortes son pequeños. Pero dado que programas que suponen una red de seguridad como la Seguridad Social y Medicare no se tocarán, el grueso recae en empleados del Gobierno federal en vez de en los receptores de la ayuda.
El Gobierno de EEUU es el mayor empleador del país, con unos 2,7 millones de civiles contratados en todo el país. Si los recortes siguen en vigor, más de 800.000 de ellos podrían ver reducidos sus días laborales o su sueldo entre ahora y septiembre.
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