Se acabó el fin del mundo - EL NEGOCIO TURISTICO, BUNKERS, SECTAS Y ALGO DE MITO #divisasweb

Llegó el 21 de diciembre, es hoy. La Riviera Maya batió records de turistas. En todo el mundo buscaban bunkers de salvación. En China fueron detenidos mil seguidores de una secta.



Antes de empezar la lectura de esta nota, le convendría mirar la hora. Si pasaron las 8.12, podría seguir leyéndola como información. Si todavía no se llegó a esa hora, quitemos el condicional para aplicar un tiempo más imperativo: léala, y sabrá lo que se viene. Si son las 8.12, respire hondo, aguarde un minuto y si no siente nada extraño, habrá pasado dulcemente a la primera de las posibilidades. En cualquiera de los casos, esta nota sobre el fin del mundo no le vendrá mal. En cambio, si pasa algo fuera de lo normal, haga lo que pueda.

Las 8.12 locales del 21 de diciembre de 2012 no son ni una hora ni una fecha antojadizas. Coincide con las 11.12 UTC (Universal Time Coordinated), o la misma hora del meridiano de Greenwich, o las 5.12 de la hora en la península de Yucatán, territorio maya por excelencia, hora en que inicia el día con la salida del sol. Ese día es la fecha señalada como del fin del mundo. De más está decir que, desde una prudente perspectiva, el fin del mundo y el apocalipsis no son ideas que puedan inscribirse en la filosofía maya, cuyo conteo milenario es el que ahora se pretende interpolar a una civilización (la nuestra) que está en los antípodas de aquélla (la maya), creadora de los libros poéticos sagrados del Chilam Balam y del Popol Vuh en comparación con nuestros comentados códigos y edictos, por la nula poesía con que abordamos la vida y la presencia de la naturaleza como un museo.

Como simple curiosidad, se podría decir que desde la perspectiva maya se llega a esta fecha como el fin de un ciclo largo, de 5200 años y pico. El conteo no es decimal como el nuestro sino vigesimal, es decir, en tandas de 20. Veinte días es un uinal; 18 uinales, un tun; 20 tunes, un katun; 20 katunes, un baktún. Un baktún son 144 mil días. Mientras que el calendario común era cíclico, en períodos de 52 años, existía una cuenta larga, en la que los días eran únicos, no se repetían. El 21 de diciembre de 2012, a las 8.11 del calendario gregoriano, habrá finalizado el baktún 13 de la civilización maya y un minuto después iniciará el nuevo ciclo.

El verdadero fin del mundo, en realidad, fue la llegada al continente de la civilización europea, que propició el fin de las culturas originarias de la península yucateca y Guatemala, donde se asentaban los mayas.

Las cifras de nacimientos en la primavera del año entrante será la más fiel comprobación de si se cumple la antigua pero actualizada indicación de qué hacer si se acaba el mundo. En China, descreídos (o acostumbrados) del mentado lema, alrededor de mil integrantes de la secta Iglesia de Dios Todopoderoso fueron detenidos por promover entre los habitantes acciones para protegerse del fin del mundo.

Para perder tiempo antes de la eclosión final, en Serbia encontraron como motivo para protegerse del fin, una montaña, el monte Rtanj, en el municipio de Boljevac, que tiene 1570 metros de altura, pero cuya particularidad principal es que, según los operadores turísticos (que saben encontrar siempre un motivo), es una pirámide perfecta.

Nebojsa Gajic, director del hotel Rtanj, dijo restregándose las manos y aguardando por otros fines del mundo, que “tenemos un 30 por ciento más de turistas que en los años anteriores. Quizá debido a la historia del fin del mundo, pero también debido a un seminario previsto el 20 de diciembre”, aclaró. El seminario, hay que decirlo, empezó y concluyó en el día, se denominó el “Espíritu de Rtanj” y trató sobre las virtudes esotéricas del monte. “Muchas personas llamaron suplicándonos que les encontráramos una habitación para poder sobrevivir”, comentó el hotelero.

El pueblo de Alto Paraíso, en el estado de Goiás, centro de Brasil, está ubicado sobre placas de cristales de roca, principalmente quarzo, características que los místicos y esotéricos asocian con una energía especial. El pueblo tiene siete mil habitantes. Y hoy, 10 mil visitantes, que sienten al lugar como un bunker natural que los protegerá del fin del mundo. Alto Paraíso tiene 12 policías y pidieron llegar a 25, y un camión de bomberos (que no tienen), en previsión de que el bunker se destruya por dentro.

Pero aunque cada región del mundo tenga un lugar elegido como el de la salvación, México, especialmente la Riviera Maya, Belice, Guatemala, El Salvador y Honduras son el epicentro del pingüe negocio del turismo apocalíptico porque allí se asentó la cultura maya y el suelo está cubierto de templos, mitos y costumbres milenarias.

Chichen Itza, por ejemplo, uno de los centros arqueológicos más importantes de la cultura maya en México, con la pirámide de Kukulkan ya alcanzaba ayer la cifra de 20 mil visitantes. Y la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, confirmó su asistencia a la celebración oficial, en el centro arqueológico de Tikal, Guatemala, del fin de la era de 5200.

En principio, los que festejan la idea del apocalipsis y la llegada del Armagedón son los hoteleros de la zona de la Riviera Maya, hiper beneficiados con la afluencia turística que saturó hoteles 5 estrellas como si se tratara de pensiones baratas. En Cancún, una hamburguesería promociona sus productos “del fin del mundo”.

El presidente del Consejo Coordinador Empresarial de El Caribe, Francisco Córdova, aseguró que más de la mitad de los huéspedes que llegaron a los hoteles de la zona son extranjeros. “Este fin de año se van a romper todos los records, pensamos que por esta fecha que tanto ha sonado (21 de diciembre); además, el 2012 será por mucho el año más importante en la hotelería en Quintana Roo”, aseguró Córdova, quien además dijo que fue contratado más del 95 por ciento de las plazas entre el 16 de diciembre y el 5 de enero, 10 puntos por encima de los niveles normales de la temporada y, curiosamente, quince días pasados el fin del mundo.

Por su lado, los estadounidenses, formadores de opinión en la cultura de los terminators y el apocalipsis, aterrados, bombardearon a preguntas a la NASA. “¿Por qué el gobierno de Estados Unidos hizo un anuncio para que no nos preocupáramos?”, “¿Es cierto que seguirán tres días de oscuridad?”, “Estoy muy preocupado por el impacto del asteroide”, “¿Los rusos saben algo que no sepamos nosotros sobre la catástrofe?”, fueron algunas preguntas que la NASA intentó responder.

Para tener una idea concreta de cómo el fin del mundo arrasó con el razonamiento bastó realizar una comprobación simple, y en red, útil hasta ayer al menos. Googlear la frase “end of the world 2012” a 15 horas del fin del mundo daba una cantidad impresionante de resultados: 5060 millones. The Beatles, que significaron el fin de un mundo, googleados dan apenas 237 millones. Jesus, sin tilde en la u, da la cifra de 1030 millones. Sex, para dar una variante realista, 3080 millones. Porn, por un lado más yuppie, 1420 millones. Financial, como representación del mundo actual, 1580 millones. Money, 3300 millones. Investment, 868 millones. Drugs, un fantasma, apenas 515 millones. Dios, por Dios, sólo tiene 318 millones. Benedicto XVI, povereto, apenas dos milloncitos y algo. ¡Sacrilegio! Adónde hemos llegado. Es el fin del mundo.

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