Rechazo de Alemania a los eurobonos - EL MINISTRO DE EXTERIORES SE MANIFESTO EN CONTRA DE “COLECTIVIZAR” LA DEUDA EUROPEA

La emisión de eurobonos es una de las principales demandas de España, Italia y Francia. La generación de esa divisa busca apuntalar la confianza de los mercados financieros. Pero para el ministro alemán sólo aumenta la crisis.



Mientras los ojos de la Zona Euro siguen puestos sobre la frágil situación financiera de España, desde Alemania salieron a poner paños fríos sobre la caliente situación en el país ibérico. Un ministro de Angela Merkel aseguró ayer que Madrid no necesitará más ayudas financieras que las acordadas. Asimismo, elogió enfáticamente las decisiones del jefe de gobierno, Mariano Rajoy. Sin embargo, la administración española debe implementar aún la mitad de las reformas comprometidas con Bruselas. El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, descartó que España tenga que apelar por segunda vez a más dinero fresco proveniente del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEED), tal como especulan algunos analistas por estos días.

“El gobierno español de Mariano Rajoy ha mostrado una gran determinación a la hora de aplicar las reformas”, afirmó el ministro germano, según publicó ayer el diario alemán Bild am Sonntag. “Por eso soy tan optimista sobre España. Es un país muy sólido con una economía fuerte”, subrayó el funcionario, acaso con la pretensión de enviar un mensaje a los mercados que, impiadosos, presionan a Rajoy. Mientras vacaciona en Mallorca, Westerwelle insistió en que el gobierno alemán rechaza la colectivización de la deuda europea, lo que implicaría inevitablemente la creación de eurobonos. “Para mí esto no es negociable. Los eurobonos aumentarían la crisis, no la resolvería”, aseguró tajante el ministro.

La emisión de eurobonos es una de las principales demandas sostenidas por España, Italia y Francia. Con la generación de esta divisa, esa tríada de naciones busca apuntalar la confianza de los mercados financieros y poner fin a la tendencia alcista de las primas de riesgo y de los intereses de las deudas italiana y española, antes de que esos niveles alcancen límites insostenibles. “El euro y Europa están amenazados no sólo por la falta de solidaridad sino también por el exceso de solidaridad”, señaló Westerwelle, apelando a los argumentos de la canciller Merkel, su jefa política.

“Con una responsabilidad compartida, pondremos el euro en peligro”, insistió el ministro de Exteriores, en clara alusión a los eurobonos. En tanto, el diario El País de España reveló ayer que, a pesar de los elogios y el guiño lanzado desde Berlín, el gobierno conservador de Rajoy está en falta con las exigencias impuestas por la Unión Europea, tras aceptar poner en marcha el saneamiento de su sistema bancario con recursos de los fondos de estabilidad financiera.

“De los seis grandes bloques de cambios que reclama Bruselas, sólo uno está definitivamente encarrilado: el que incluye golpes a los contribuyentes tan duros como la suba del IVA del 1º de septiembre o la retirada de la desgravación por compra de vivienda a partir de 2013”, indicó el diario español en su edición de ayer. “Otros dos requisitos –la consolidación fiscal y el saneamiento del sector bancario– se están llevando a cabo y habrá que esperar para ver si concluyen con éxito. Pero hay tres a los que el Ejecutivo de Rajoy todavía no ha metido mano en esta nueva vuelta de tuerca que pide la UE: los relacionados con el mercado laboral, las pensiones y las medidas para impulsar la formación de empleo para los jóvenes y el crecimiento”, agregó El País.

El gobierno español firmó un acuerdo para obtener hasta 100 mil millones, con los que tiene pensado rescatar a la banca española. Sin embargo, en ese acta se encuentran planteados seis puntos de exigencias. Los aspectos más retrasados están vinculados con la cuestión de las jubilaciones y con el mercado laboral. La UE insiste en elevar la edad de jubilación hasta los 67 años, que con las normas actuales comenzará en 2013 y culminará en 2027; pero la cuestión no está resuelta, como tampoco el modo de impulsar políticas activas de empleo.

Tal como lo hizo Berlín, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también salió a expresarse en defensa de la golpeada economía española. “No hay mucho más que se pudiera pedir a España si estuviera bajo un programa del FMI”, dijo la directora gerente Christine Lagarde. Sin embargo, desde Bruselas consideran que sigue habiendo asignaturas pendientes.

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