“Vamos a tomar las medidas necesarias” - LA PRESIDENTA SE REUNIO CON EMPRESARIOS Y GARANTIZO QUE APUNTALARA EL CRECIMIENTO
Más de cuarenta representantes de las principales empresas de Estados Unidos participaron del almuerzo con CFK en el Council of Americas. La Presidenta habló de YPF, del dólar y de la crisis internacional.
“Tough questions, very good answers” (“Preguntas difíciles, muy buenas respuestas”), así resumió uno de los empresarios la reunión con la presidenta Cristina Kirchner que se realizó ayer en la sede del Council of Americas, en Nueva York. Al encuentro, que duró más de una hora, concurrieron más de cuarenta hombres y mujeres de negocios. Allí, CFK remarcó el crecimiento de la economía argentina, habló de su interés en propiciar inversiones conjuntas entre el sector privado y el Estado y explicó por qué se nacionalizó YPF. Sobre la empresa petrolera, anunció un road show para “hacer una oferta de modelos de negocios, producción, explotación y servicios”. También se refirió a la crisis que afecta a la Eurozona. En ese sentido, envió un mensaje interno (“vamos a tomar todas las medidas necesarias para sostener el crecimiento y seguir incluyendo a los argentinos”) y uno hacia el exterior: “Estamos ante un nuevo mundo, una nueva etapa y va a exigir nuevas definiciones y nuevas soluciones. Este enfermo no se cura con viejos medicamentos ni con recetas viejas. Que los médicos cambien las recetas, porque si no finalmente la gente elegirá también nuevos médicos”.
Cerca del mediodía, varios hombres de traje y algunas mujeres comenzaron a entrar en el edifico de estilo neofederal que la familia Rockefeller donó al think tank de política y economía vinculado con “las Américas”. Varios llevaban una valija de mano, señal que acababan de llegar del aeropuerto o que partirían para allí enseguida después del encuentro. Coches lujosos, pero no limusinas, los esperaron estacionados sobre Park Avenue, incluso a doble fila. Las banderas norteamericana y la argentina lucían por encima de la entrada principal, que da a la más elegante y residencial avenida de la ciudad. Cristina Kirchner usó la puerta que está sobre la calle 68. Allí la recibió Susan Seagal, directora del Council, quien conoce a CFK desde sus tiempos de senadora y primera dama.
Gira mágica y misteriosa
En la reunión hubo altos ejecutivos de, entre otras empresas, IBM, JP Morgan, Ford, Fox, DirecTV, Cargill, Barrick Gold, Walmart, Procter & Gamble, Pfizer, Monsanto y Microsoft. Especial interés despertó la presencia de las petroleras Exxon y Chevron, que ya se habían reunido con el ministro de Planificación, Julio De Vido, luego de la nacionalización de YPF, con el fin de explorar posibilidades de hacer alianzas con la petrolera argentina para ampliar las inversiones del sector e incrementar la producción. El encuentro fue privado, pero el discurso de CFK se pudo escuchar a través de un televisor colocado en la planta baja del Council. Cuando salieron, luego del almuerzo, la mayoría de los asistentes se retiraron a las apuradas. Los que aceptaron conversar, remarcaron que le habían preguntado sobre todos los temas (el dólar, el control de precios, el petróleo) y que se habían quedado conformes con el resultado.
La Presidenta anunció que YPF hará un road show “para hacer una oferta de los modelos de negocios de producción y explotación y de servicios que hoy puede tener el mundo petrolero, con lo que constituye la empresa más importante de la República Argentina”. Un road show es un evento en el que se da a conocer una marca o producto a sus potenciales inversores de manera directa a través de una gira por distintas ciudades. La Agencia Nacional de Hidrocarburos de Colombia, por ejemplo, realizó en mayo viajes a Nueva York y muchas otras ciudades del mundo para promover la licitación de 109 zonas petroleras y gasíferas. En la delegación argentina no se conocían ayer detalles de los planes de YPF, aunque se daba por hecho que la gira la encabezaría el presidente de la empresa, Miguel Galuccio, y con que Houston es un destino cantado.
Hubo más menciones a YPF. CFK señaló que la adquisición por parte del empresario mexicano Carlos Slim del 8 por ciento del paquete accionario era una “buena noticia” y luego se detuvo para explicarles a los ejecutivos presentes el porqué de la estatización del 51 por ciento de la compañía. “Hemos elegido el camino más difícil, podríamos haber hecho una nacionalización; una estatización del ciento por ciento del capital de YPF. Pero hemos elegido solamente tomar lo que nos permite el control de la compañía, seguir en la Bolsa de Nueva York, lo cual nos obliga a controles muy importantes, por la Comisión de Valores de nuestro país y de la SEC (la Comisión de Valores de Estados Unidos)”. Mencionó que “no fue una expropiación que hubiéramos deseado hacer; simplemente por primera vez en la Argentina –en los últimos 17 años– habíamos tenido un déficit hidrocarburífero de más de 3000 millones, que nos comía parte de nuestro excelente superávit comercial y la política de la empresa (Repsol) era de desinversión en el país”. Según mencionaron luego los ministros de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, y de Industria, Débora Giorgi, los empresarios le preguntaron a la Presidenta dónde veía YPF en cinco o diez años y ella respondió que “su sueño era que la política petrolera sea una política de Estado, que sirva para el desarrollo nacional y que sea una empresa de la que todos podamos estar orgullosos”.
Proyectos
Además de Timerman, Giorgi y De Vido, a la larga mesa del salón Bolívar del Council of Americas también se sentaron el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. La Presidenta recordó allí que Estados Unidos es el segundo inversor en la Argentina, con más de 500 empresas, y que el 60 por ciento de las empresas más importantes de este país tiene desarrollo y crecimiento permanente en la Argentina.
Durante el encuentro anunció, mientras mostraba el prospecto, una inversión de Monsanto por 1800 millones de dólares (ver aparte). También ponderó un proyecto del laboratorio Pfizer, junto con ELEA, para la producción de una vacuna. Luego, Giorgi destacó que la empresaria de Pfizer pidió la palabra durante el encuentro para manifestar su satisfacción por el trabajo conjunto que están llevando a cabo.
La crisis
La Presidenta se refirió a la crisis europea y a su impacto en la Argentina. “Logramos acumular una gran cantidad de reservas que nos dan una posición de manejo sólido de no prolongarse demasiado la crisis en la Eurozona y si Estados Unidos pueda volver a convertirse en un motor de la economía mundial. Como los datos no son alentadores, obviamente los mercados reaccionan y pese a toda la solidez que hemos hecho, esto también tiene impacto en nuestra economía. Pero sostenemos que va a tener mucho menor impacto de lo que puede tener en otros países”, dijo. Y aprovechó para hacer su diagnóstico y proponer un tratamiento, algo que seguramente retomará la semana próxima cuando participe en Los Cabos, México, de la reunión del G-20. “El principal problema que hoy afronta el mundo, más que económico, es una falta de liderazgo político claro y concreto de cómo abordar la crisis”, señaló. Luego explicó que a su entender la crisis se resuelve a través del fortalecimiento del mercado interno, con acciones que favorezcan la demanda agregada en vez de políticas dirigidas al sector financiero. Y aunque señaló que en el marco de la situación mundial es posible que la Argentina no avance a las tasas de los últimos años, dijo que tomaría todas las medidas necesarias para sostener el crecimiento.
Contó una anécdota para respaldar sus argumentos. Relató que el año pasado, cuando se reunió con Nicolas Sarkozy en el Palacio Elíseo, ella le sugirió que, para solucionar los problemas de Grecia, deberían hacer algo similar a lo que hizo la Argentina en 2001, esto es, una reestructuración de la deuda con una quita, “de modo que el esfuerzo sea compartido”. Sarkozy, entonces, se tiró hacia atrás y le dijo: “No, eso es imposible”. “Bueno –concluyó la Presidenta–, a los pocos meses ya estaban hablando del 60 por ciento de la quita en Grecia y hoy Nicolás no preside Francia.”
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“Tough questions, very good answers” (“Preguntas difíciles, muy buenas respuestas”), así resumió uno de los empresarios la reunión con la presidenta Cristina Kirchner que se realizó ayer en la sede del Council of Americas, en Nueva York. Al encuentro, que duró más de una hora, concurrieron más de cuarenta hombres y mujeres de negocios. Allí, CFK remarcó el crecimiento de la economía argentina, habló de su interés en propiciar inversiones conjuntas entre el sector privado y el Estado y explicó por qué se nacionalizó YPF. Sobre la empresa petrolera, anunció un road show para “hacer una oferta de modelos de negocios, producción, explotación y servicios”. También se refirió a la crisis que afecta a la Eurozona. En ese sentido, envió un mensaje interno (“vamos a tomar todas las medidas necesarias para sostener el crecimiento y seguir incluyendo a los argentinos”) y uno hacia el exterior: “Estamos ante un nuevo mundo, una nueva etapa y va a exigir nuevas definiciones y nuevas soluciones. Este enfermo no se cura con viejos medicamentos ni con recetas viejas. Que los médicos cambien las recetas, porque si no finalmente la gente elegirá también nuevos médicos”.
Cerca del mediodía, varios hombres de traje y algunas mujeres comenzaron a entrar en el edifico de estilo neofederal que la familia Rockefeller donó al think tank de política y economía vinculado con “las Américas”. Varios llevaban una valija de mano, señal que acababan de llegar del aeropuerto o que partirían para allí enseguida después del encuentro. Coches lujosos, pero no limusinas, los esperaron estacionados sobre Park Avenue, incluso a doble fila. Las banderas norteamericana y la argentina lucían por encima de la entrada principal, que da a la más elegante y residencial avenida de la ciudad. Cristina Kirchner usó la puerta que está sobre la calle 68. Allí la recibió Susan Seagal, directora del Council, quien conoce a CFK desde sus tiempos de senadora y primera dama.
Gira mágica y misteriosa
En la reunión hubo altos ejecutivos de, entre otras empresas, IBM, JP Morgan, Ford, Fox, DirecTV, Cargill, Barrick Gold, Walmart, Procter & Gamble, Pfizer, Monsanto y Microsoft. Especial interés despertó la presencia de las petroleras Exxon y Chevron, que ya se habían reunido con el ministro de Planificación, Julio De Vido, luego de la nacionalización de YPF, con el fin de explorar posibilidades de hacer alianzas con la petrolera argentina para ampliar las inversiones del sector e incrementar la producción. El encuentro fue privado, pero el discurso de CFK se pudo escuchar a través de un televisor colocado en la planta baja del Council. Cuando salieron, luego del almuerzo, la mayoría de los asistentes se retiraron a las apuradas. Los que aceptaron conversar, remarcaron que le habían preguntado sobre todos los temas (el dólar, el control de precios, el petróleo) y que se habían quedado conformes con el resultado.
La Presidenta anunció que YPF hará un road show “para hacer una oferta de los modelos de negocios de producción y explotación y de servicios que hoy puede tener el mundo petrolero, con lo que constituye la empresa más importante de la República Argentina”. Un road show es un evento en el que se da a conocer una marca o producto a sus potenciales inversores de manera directa a través de una gira por distintas ciudades. La Agencia Nacional de Hidrocarburos de Colombia, por ejemplo, realizó en mayo viajes a Nueva York y muchas otras ciudades del mundo para promover la licitación de 109 zonas petroleras y gasíferas. En la delegación argentina no se conocían ayer detalles de los planes de YPF, aunque se daba por hecho que la gira la encabezaría el presidente de la empresa, Miguel Galuccio, y con que Houston es un destino cantado.
Hubo más menciones a YPF. CFK señaló que la adquisición por parte del empresario mexicano Carlos Slim del 8 por ciento del paquete accionario era una “buena noticia” y luego se detuvo para explicarles a los ejecutivos presentes el porqué de la estatización del 51 por ciento de la compañía. “Hemos elegido el camino más difícil, podríamos haber hecho una nacionalización; una estatización del ciento por ciento del capital de YPF. Pero hemos elegido solamente tomar lo que nos permite el control de la compañía, seguir en la Bolsa de Nueva York, lo cual nos obliga a controles muy importantes, por la Comisión de Valores de nuestro país y de la SEC (la Comisión de Valores de Estados Unidos)”. Mencionó que “no fue una expropiación que hubiéramos deseado hacer; simplemente por primera vez en la Argentina –en los últimos 17 años– habíamos tenido un déficit hidrocarburífero de más de 3000 millones, que nos comía parte de nuestro excelente superávit comercial y la política de la empresa (Repsol) era de desinversión en el país”. Según mencionaron luego los ministros de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, y de Industria, Débora Giorgi, los empresarios le preguntaron a la Presidenta dónde veía YPF en cinco o diez años y ella respondió que “su sueño era que la política petrolera sea una política de Estado, que sirva para el desarrollo nacional y que sea una empresa de la que todos podamos estar orgullosos”.
Proyectos
Además de Timerman, Giorgi y De Vido, a la larga mesa del salón Bolívar del Council of Americas también se sentaron el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. La Presidenta recordó allí que Estados Unidos es el segundo inversor en la Argentina, con más de 500 empresas, y que el 60 por ciento de las empresas más importantes de este país tiene desarrollo y crecimiento permanente en la Argentina.
Durante el encuentro anunció, mientras mostraba el prospecto, una inversión de Monsanto por 1800 millones de dólares (ver aparte). También ponderó un proyecto del laboratorio Pfizer, junto con ELEA, para la producción de una vacuna. Luego, Giorgi destacó que la empresaria de Pfizer pidió la palabra durante el encuentro para manifestar su satisfacción por el trabajo conjunto que están llevando a cabo.
La crisis
La Presidenta se refirió a la crisis europea y a su impacto en la Argentina. “Logramos acumular una gran cantidad de reservas que nos dan una posición de manejo sólido de no prolongarse demasiado la crisis en la Eurozona y si Estados Unidos pueda volver a convertirse en un motor de la economía mundial. Como los datos no son alentadores, obviamente los mercados reaccionan y pese a toda la solidez que hemos hecho, esto también tiene impacto en nuestra economía. Pero sostenemos que va a tener mucho menor impacto de lo que puede tener en otros países”, dijo. Y aprovechó para hacer su diagnóstico y proponer un tratamiento, algo que seguramente retomará la semana próxima cuando participe en Los Cabos, México, de la reunión del G-20. “El principal problema que hoy afronta el mundo, más que económico, es una falta de liderazgo político claro y concreto de cómo abordar la crisis”, señaló. Luego explicó que a su entender la crisis se resuelve a través del fortalecimiento del mercado interno, con acciones que favorezcan la demanda agregada en vez de políticas dirigidas al sector financiero. Y aunque señaló que en el marco de la situación mundial es posible que la Argentina no avance a las tasas de los últimos años, dijo que tomaría todas las medidas necesarias para sostener el crecimiento.
Contó una anécdota para respaldar sus argumentos. Relató que el año pasado, cuando se reunió con Nicolas Sarkozy en el Palacio Elíseo, ella le sugirió que, para solucionar los problemas de Grecia, deberían hacer algo similar a lo que hizo la Argentina en 2001, esto es, una reestructuración de la deuda con una quita, “de modo que el esfuerzo sea compartido”. Sarkozy, entonces, se tiró hacia atrás y le dijo: “No, eso es imposible”. “Bueno –concluyó la Presidenta–, a los pocos meses ya estaban hablando del 60 por ciento de la quita en Grecia y hoy Nicolás no preside Francia.”
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