“El acuerdo anunciado es insuficiente” - ENTREVISTA A PABLO BORTZ, ECONOMISTA DE LA UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE DELFT, HOLANDA

En diálogo con Página/12, Bortz aseguró que la quita del 50 por ciento nominal que se prevé aplicar a la deuda griega no garantiza su recuperación. “Sería más sensato defoltear”, agregó.

La Unión Europea llegó a un acuerdo la semana pasada para “estabilizar la región”, según definieron sus líderes, pero diversos economistas heterodoxos advierten que en realidad las medidas que se adoptarán no constituyen una solución de fondo. Pablo Bortz, economista argentino de la Universidad Tecnológica de Delft, Holanda, dialogó telefónicamente con Página/12 y aseguró que “lo acordado es insuficiente y está siendo aplicado en el sentido incorrecto. En pocos meses se verán las consecuencias”.
–¿Cómo evalúa la quita que se anunció para la deuda griega?
–Aun en el mejor de los casos, será insuficiente. En marzo, Standard & Poor’s dijo que para que el recorte sea sostenible en el largo plazo tiene que ser del 70 por ciento. La intención de reducir el ratio deuda/PIB al 120 por ciento en 2020 se basa en supuestos que nadie conoce y ese porcentaje también puede ser insostenible. Dicen que las privatizaciones que se están impulsando van a generar 60 mil millones, pero no se va a alcanzar ese monto. Además, se sigue pidiendo aplicar un ajuste, pero no se aborda la mejora en la capacidad de pago. Grecia no va a poder hacer frente a sus vencimientos, y por el estado de ánimo que hay en Europa, dudo de que haya voluntad para hacer un nuevo rescate. Ya agotaron la última bala, la de la quita nominal.
–¿Cómo se podría llegar a una situación sostenible?
–Sostenible para la UE; una quita mayor o que el Banco Central Europeo (BCE) salga a comprar la deuda. Pero para Grecia, sería más sensato defoltear. Eso ahondaría la crisis en el muy corto plazo, pero si adoptan un esquema tipo pesificación, creo que sería manejable.
–¿Un default desestabilizaría a los bancos acreedores?
–El problema no es el default griego, sino que los acreedores crean que no se puedan pagar otras deudas de países europeos, lo que generaría una gran corrida. La solución es que el BCE diga que la plata está. Tienen que anunciar que está la capacidad de salir a comprar la deuda.
–En cambio, el acuerdo alcanzado la semana pasada procura evitar que el BCE intervenga. Dicen que generaría inflación, aunque recientemente en Estados Unidos la expansión monetaria no tuvo ese efecto.
–Pensar que la emisión monetaria en un contexto recesivo como el actual puede generar inflación no tiene ni pies ni cabeza. De hecho, el BCE ya realizó operaciones de compra de deuda y no pasó nada de eso. También justifican la no intervención del BCE porque dicen que la emisión daría vía libre a los países para aumentar el gasto como quieran. Alemania quiere dominancia monetaria, y por eso los países con problemas tienen dificultades para conseguir plata barata en los mercados.
–¿Qué intereses hay por detrás de ese discurso ortodoxo?
–De ese modo fuerzan las privatizaciones, la desregulación de los mercados, el sistema de retiro, las jubilaciones y el mercado de trabajo. Promueven el desmantelamiento del Estado de Bienestar. En la mayor parte de los países de Europa el neoliberalismo no había avanzado como lo hizo, por ejemplo, en la Argentina en los ’90.
–¿Qué evaluación hace de la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera?
–Como no quieren recurrir al BCE, se les ocurrió China como vía de financiamiento alternativa. China va a pedir muchas cosas a cambio, entre ellas, que la declaren economía de mercado, lo que mejoraría su posición comercial frente a Europa a través de menores trabas a las importaciones y restricciones de patentes. Es vergonzoso que Europa vaya a pasar por todos esos problemas comerciales cuando tiene la solución a través del BCE.
–¿Qué evaluación hace del acuerdo para recapitalizar los bancos?
–No hay plata nueva, quieren que los bancos salgan a emitir acciones, pero las condiciones de mercado son totalmente contrarias a una posible expansión de capital. Los bancos tienen muchas dificultades para financiarse, de hecho, la tasa de interés que se cobran entre ellos subió. Si no se creen entre ellos, menos les va a creer un inversor que no conoce la cartera de sus activos. Los bancos en lugar de salir a buscar capital van a prestar menos, lo que profundizará la recesión.
–¿Qué efecto produce a nivel político la crisis económica?
–Está generando resistencia a ayudar a los países del Sur, con un discurso casi racista que hace impopulares a los rescates financieros. Los partidos políticos de ultraderecha, que desde la Segunda Guerra Mundial no tenían gran relevancia, ahora han crecido en muchos distritos hasta ser casi opción de gobierno. En Holanda esos grupos políticos ya son el tercer partido. La derecha hizo acá un discurso muy inteligente. Si en Argentina apela a “Doña Rosa”, en Holanda inventaron a “Hank y Greta”, que es una pareja cincuentona, “que paga impuestos para que en las universidades estudien vagos y los extranjeros les quiten el trabajo a los nativos”.
–Se instaló un discurso de ese estilo para referirse a los griegos.
–Dicen que Grecia es el ejemplo de descontrol fiscal, se quejan de “los vagos griegos”, pero Grecia no paga en pensiones como porcentaje del PIB más que Alemania o Austria. En cambio, los griegos trabajan un 40 por ciento más, en horas, que los alemanes y los holandeses. Lo que sucede es que Grecia tiene un importante gasto militar, que nadie menciona, por el conflicto con Turquía por Chipre. Y no por casualidad, sus principales proveedores de armas son Alemania y Francia. De hecho, hace un tiempo hubo un rescate de 100 mil millones de euros condicionado a que Grecia compre 20 mil millones en armas.

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