No importa el mensajero, “Goldman Sachs gobierna el mundo"

Alessio Rastani -“el falso Gordon Gekko más famoso de Londres”- esta disfrutando de sus efímeros 15 minutos de fama como el especulador bursátil que irrita al mundo. Pero tras sus explosivas declaraciones a la BBC, la frase que titula la presente quedó resonando en el ambiente.

Interesante reflexión hace El País este miércoles (29/09) cuando resalta que “Si usted teclea el nombre de Alessio Rastani en Bloomberg, la mayor base de datos financieros del mundo, el resultado será cero”.
Sin embargo, la “otra” realidad dice todo lo contrario. El londinense cuya verdadera profesión se desconoce (las informaciones provenientes de Londres no lo sitúan como un trader profesional) saltó intempestivamente a la fama para gozar de los 15 minutos de fama que Andy Warhol nos tiene a todos prometidos.
Distintos foros de Internet, Twitter, Facebook y Youtube explotan con referencias a sus comentarios, gran separador del pensamiento económico entre liberales y progresistas, la derecha y la izquierda, los que insultan y los que intentan un análisis, y la lista continúa.
Incluso en España, hasta la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, le ha dedicado esta mañana un par de adjetivos: "inmoral" y "loco".
El propio Rastani asegura en unas declaraciones al The Telegraph que no es un corredor de bolsa sino una persona "que busca atención", pero que quiso decir cada palabra que dijo. "Soy una persona que busca atención. Es la principal razón por la que hablo. Es la razón por la que acepté ir a la BBC", argumenta.
"La crisis es un sueño hecho realidad para aquellos que quieren hacer dinero". "He estado soñando tres años con una recesión como esta". Son un par de los mensajes de Rastani que han provocado el incendio. Aunque, en realidad, no son más que una versión poco amable de la conocida máxima "Las crisis son una oportunidad" que tanto repiten los hombres de negocios desde hace 3 años, George Soros a la cabeza.
Lo resumía con un "Yo soy trader, voy donde hay oportunidad, a la mayoría de inversores no nos importa cómo arreglar la economía, sino cómo hacer dinero. Y voy a la cama cada día soñando con otra recesión".
La verdad es que Rastani es un personaje menor, un “hoax” (fraude) televisivo sin mucho insight para compartir. Pocas personas serias que administren fondos ajenos se tomarían en serio los más que truculentos pronósticos que realizó. Dio el euro por finiquitado, y previó que los ahorros de millones de personas tendrían los meses contados. Los planes de rescate, dijo, no van a funcionar porque los inversores no creen en ellos. Lo importante, no deja de insistir, es estar preparando para cuando el mercado de valores y el "euro estallen" fue su consejo. Más allá de la existencia de especuladores, la realidad es que hay muchos otros actores que no necesariamente apuestan al fracaso del sistema.
La BBC realizó la entrevista a Rastani como a un experto de mercado más, sin imaginar el revuelo que iba a provocar. La ministra española Salgado forma parte de esa comunidad escandalizada con las palabras del broker en cuestión. Además de "inmoral" y loco", hoy ha dicho que "siempre ha habido quien se ha enriquecido con las crisis, pero lo que tenemos que hacer son reglas. Si con unas reglas ciertas hay quien consigue enriquecerse, pues no hay nada que decir, pero el problema es la ausencia de reglas". En declaraciones a la televisión española, Salgado ha explicado que es fundamental distinguir a aquellos inversores de largo plazo, que forman "la base inversora" a la que las autoridades españolas explican su política económica, de los especulativos "que han surgido por la falta de regulación". "Debemos tratar de reducir el daño que pueden producir estos inversores", ha añadido.
Incluso el presidente del Santander, Emilio Botín, se refirió ayer (27/09) a esta ya famosa entrevista para tildar de "disparate" que alguien desee una nueva recesión para obtener beneficios.
Desde luego, el nuevo “falso Gordon Gekko más famoso de Londres” ha tenido más repercusión en la red y en los medios que en los mercados. Todas las grandes bolsas europeas cerraron ayer (27/09) su tercera sesión con subidas animadas por la confianza en una solución para Grecia.
Sin embargo, una frase -no una de sus profecías- quedó flotando en el aire. "Los gobiernos no dirigen el mundo, lo gobierna Goldman Sachs".
Aduciendo que a Goldman y sus “socios” no les importan los planes de rescate, generó la simpatía que tienen los comentarios que vienen a confirmar las sospechas el público tiene en su fuero interno. Este tipo de comentarios viene a ratificar la negra imagen que tiene el público del mundo de los brokers y la inversión. Ya existe, de hecho, un libro de Marc Roche, corresponsal en Londres de Le Monde, con el sugerente título “El Banco: Cómo Goldman Sachs dirige el mundo” que merece ser revisitado.
Al respecto, es interesante la nota-entrevista que Carlos Salas le realizó al autor hace escasamente 2 meses para La Información:
El libro, en sus poco más de 250 páginas, afronta el desafío de intentar destapar los secretos de uno de los bancos más poderosos del mundo, Goldman Sachs, para muchos, un verdadero centro de poder global, con influencias que trascienden el universo propiamente financiero. El propio Marc Roche no oculta que la tarea no ha sido sencilla: “El poder de Goldman Sachs y los escándalos que rodean a la firma son carnaza para los adeptos a las teorías de la conspiración. El culto al secreto que cultiva la firma es desgraciadamente propicio a la difusión de rumores, de informaciones de segunda mano difíciles de verificar”.
Esta matización del autor resulta clave para afrontar la lectura de El Banco. No es un manual teórico ni un relato histórico. Es una compilación de experiencias, personalidades, vivencias, relaciones personales y profesionales, prácticas bancarias… que, en conjunto, pretende presentar qué es realmente Goldman Sachs, una institución opaca, celosa de su intimidad y sus secretos. Por todo ello, el ejercicio de Roche, valiente, está sometido al juicio de la línea frontera que siempre existe entre lo subjetivo y lo objetivo, entre la realidad y las leyendas.
Asumiendo este corolario, El banco no deja indiferente. La amenidad y el ritmo pretendidos por el autor, combinados con la relevancia Goldman y la sospecha que siempre rodea a la entidad, conforman un cóctel de lo más sugerente. Una muestra:
“Se entra en Goldman Sachs como se entra en una religión. Desde este punto de vista, el atuendo es importante. Traje oscuro, camisa blanca de cuello amplio con corbata neutra, pelo corto, buen afeitado. Se intuyen unos calcetines grises en zapatos negros que crujen discretamente a cada paso. Erguidos como un palo, serenos, dueños de sus emociones. El único indicio de cólera es esa mirada que se endurece cuando les plantean una repuesta negativa. El clan se muestra imbuido de la importancia de su misión. Un buen observador advertirá fácilmente la excelente forma física y los músculos bien entrenados de los Goldman boys prestos a salir disparados de la casilla de salida del tablero, a lanzarse a correr con la firme convicción de ganar y la sangre fría necesaria para conseguirlo. Uno se los imagina malos perdedores al tenis o adictos a emociones fuertes como las que depara el salto en paracaídas”
“No soy muy amigo de las conspiraciones pero cuando terminé de leer “El Banco: cómo Goldman Sachs dirige el mundo” me volví conspiranoico, dice su autor entrevistado por Salas.
¿Es posible que un banco haya logrado tanto poder en el planeta tierra?
Es lo mismo que le pregunté por teléfono a Marc Roche, autor de este libro que el año pasado ganó el premio al Mejor Libro Económico en Francia, el Pulitzer financiero de aquel país. Corresponsal de Le Monde en Londres, Marc ha vivido en USA, Gran Bretaña y Australia. Y decidió escribir este valiente libro cuando, tras la crisis de 2008, “me encontraba a Goldman Sachs en todas partes. Entonce me dije: quiero escribir un libro”.
Editado por Deusto, “El Banco” relata con la fiebre de un autor de novela negra, la poderosa red tejida en el mundo de las finanzas por este banco de inversión norteamericano. Describe el comportamiento sectario de sus empleados, las reglas de esta logia anglosajona, la seducción que ejerce sobre políticos y banqueros centrales, a los que atrapa en su suculenta red de comisiones y sueldos estratosféricos, y sobre, todo, desgrana las operaciones más inverosímiles ideadas por unos banqueros sin moral que por un lado recomiendan mismas inversiones dudosas a sus clientes, y por otro lado, las abandonan. No es extraño que Roche lo compare a Goldman Sachs con Darth Vader.
“Yo tampoco creía en las conspiraciones”, aclara Roche, “pero reconozco que los bancos en EEUU son muy poderosos y Goldman es el más poderoso. ¿Y por qué es tan poderoso? En otros bancos hay una plantilla, pero en Goldman hay un equipo. Ese equipo trabaja muy duro por el banco, se apega a una cultura poderosa. Además, Goldman teje una red política donde recluta a antiguos banqueros centrales, a políticos, gente que sabe cómo se privatiza en un país, que tiene conocimiento de los secretos de la política…”.
La lista que expone Roche en su libro eriza los pelos: en los puestos más importantes de las finanzas de los países más poderosos del mundo siempre hay un ex Goldman Sachs.
Y el último ejemplo esMario Draghi. El próximo presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, trabajó en Goldman desde 2002 a 2005. Había sido secretario del Tesoro. Hoy es gobernador del Banco de Italia, y en noviembre será el banquero más poderoso de Europa. “Draghi fue socio de Goldman Sachs. No se nombran socios si no traes negocio. Y si Draghi conocía cómo funcionaba la deuda soberana italiana, también sabría cómo funcionaba la griega”.
Roche lo dice por la escandalosa mano de Goldman Sachs en la manipulación de la deuda griega. Por eso, Goldman está siendo investigada en EEUU por haber ayudado al gobierno griego a camuflar su abultada deuda, ingeniería financiera de finura inaudita, gracias a los cual, hoy, Grecia es el agujero negro de Europa. El periodo que se está investigando incluye la estancia de Draghi.
¿Y este es el hombre que va a dictar los tipos de interés de nuestra política monetaria?
“Por eso creo que Draghi no debería ser el presidente del BCE”, añade Roche.
Roche acusa a Goldman y a otros bancos de practicar shadow banking, es decir, banca en la sombra, trabajando por encima de leyes y gobiernos mediante operaciones a corto, el short-selling, usando hedge funds temerarios, operaciones cruzadas, o peor, operaciones Over The Counter (OTC), que se realizan entre dos instituciones que se intercambian contratos sin pasar por ningún organismo de control.
Para este periodista de origen belga, somos víctima de la visión anglosajona de hacer negocios. Así es como entienden estos tipos el capitalismo. “Todos esos bancos son poderosos y codiciosos y solo quieren ganar más“, dice Roche. Contrapone a eso la visión europea de hacer negocios, que tiene un objetivo más social. Pero ellos, los anglosajones, “solo hacen trading y el trading no tiene utilidad social”. Comprar y vender acciones, títulos, fondos, deuda soberana, países enteros…
“El shadow banking puede provocar la próxima crisis”, avisa Roche con palabras telúricas. Ya prepara otro libro sobre esta oscura faceta de la banca. Se lamenta de que las leyes no han podido hacer nada contra esta forma de operar, ¿Por qué? “Porque la visión de la crisis ha sido anglosajona y ellos no cuestionan la esencia del capitalismo”.
Roche critica que los reparos de Obama a los excesos de la banca de inversión han sido “mínimos”.
¿Qué solución propone Roche?
“Controlar los paraísos fiscales como las Cayman o Panama, y controlar sus operaciones igual que se hace con el lavado de dinero, obligarles a pasar más auditorías en sus balances, obligarles a revelar sus operaciones, solo así podremos controlarlos”.

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