La solución argentina para la crisis - EL PREMIO NOBEL JOSEPH STIGLITZ DESTACO LA ESTRATEGIA DE RECUPERACION DE LA ECONOMIA DEL PAIS

En la conferencia que reúne a diecisiete Premios Nobel de Economía para debatir la crisis en Estados Unidos y Europa, Stiglitz señaló la experiencia argentina para referirse a la delicada situación de los países europeos endeudados y atados al euro.

“Hay vida después del default y de abandonar un sistema de tipo de cambio fijo. En la Argentina, el fin de la paridad cambiaria y el default tuvieron un alto costo. Luego de un período de caída, Argentina comenzó a crecer muy rápido. Creció al 8 por ciento incluso en ausencia de lo que mucha gente considera las ‘mejores’ prácticas económicas, con buenas políticas pero no perfectas”, señaló ayer el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Durante su primera presentación en la Conferencia de Lindau, el profesor de la Universidad de Columbia recurrió al caso argentino para exponer que el abandono o la reducción de la Zona Euro no sería inviable y podría dar lugar a un proceso de crecimiento económico. De todos modos, Stiglitz consideró que es posible poner fin a la crisis estructural de la Zona Euro y preservar la moneda común. Por eso, cuestionó los planes de ajuste fiscal, reclamó que la Unión Europea inyecte recursos en los países periféricos y advirtió que “sin crecimiento no es posible salir de la crisis. Cuanto más se demore el resultado político mayores serán la inestabilidad y los costos”. La contracara de Stiglitz fue el presidente de Alemania, Wolfgang Schürer, quien reclamó mayores recortes en el gasto (ver aparte).
Aunque Stiglitz considera que el euro es viable, siempre y cuando se dejen de lado los programas de ajuste del gasto y se los reemplace por medidas de estímulo fiscal, la mención sobre el desempeño de Argentina durante la última década habilitó el debate entre algunos de los premios Nobel de Economía de orientación ortodoxa presentes en Lindau. Daniel McFadden, ganador del galardón en 2000 por sus desarrollos vinculados con la teoría de la decisión, compartió la visión de Stiglitz sobre las posibilidades que generó el defaul-trenegociación de la deuda y el abandono del tipo de cambio fijo. Ante la consulta de Página/12, McFadden destacó el comportamiento macroeconómico reciente del país: “No se puede negar que a lo largo de los últimos años Argentina tuvo un muy buen desempeño. Europa tiene que ser más agresiva para enfrentar la crisis”. Por su parte, el economista Edmund Phelps, premiado en 2006, redujo el desempeño reciente de Argentina a la hipótesis del “viento de cola” generado por el fuerte aumento en el precio de los commodities, fundamentalmente la soja. A su vez, definió como un error la renegociación de la deuda. “Antes que buenas políticas económicas, Argentina tuvo suerte”, consideró Phelps en una breve conversación que mantuvo con Página/12 y La Nación.
La profundización de la crisis estructural de la Zona Euro y la recesión que impulsan las medidas de ajuste vuelven ineludible el análisis de la experiencia argentina reciente en ámbitos académicos. El abandono de un sistema de tipo de cambio fijo, que fue reemplazado por uno competitivo, y el default-renegociación de la deuda permitieron que el país exhiba un destacado comportamiento macroeconómico a lo largo de la última década. Estos fundamentos de la salida de la crisis argentina constituyen uno de los ejes en el debate que mantienen 17 premios Nobel de Economía en la isla de Lindau, al sur de Alemania, en el Lago Constanza. “Existe vida después del default. Luego de una caída, Argentina comenzó a crecer muy rápido”, explicó Stiglitz.
El economista no recomendó que los países periféricos de la Eurozona, como Grecia, Portugal o España, declaren el default y abandonen la moneda común. No obstante, recurrió al ejemplo argentino para señalar que esa decisión política fue costosa pero permitió recuperar la senda del crecimiento y la reducción del desempleo. La mención fue “el comentario más optimista que voy a hacer esta mañana”, bromeó el economista. La argumentación de Stiglitz es similar a la que realizó recientemente otro Nobel, que no participa de la Conferencia, Paul Krugman. “Me sorprende que digan que Argentina no es un país serio. No veo cómo el default argentino puede ser presentado, entre todos los ejemplos posibles, como una advertencia para Grecia”, había escrito Krugman en junio pasado en su blog del The New York Times. “El ejemplo argentino sugiere que el default es una gran idea. Los argumentos contra el default griego deben ser que se trata de un país diferente. Aspecto que, para ser justo, es discutible”, advirtió entonces el economista, quien cuestionaba a la Unión Europea por postergar una solución a la crisis griega, ya sea la salida del euro o una reestructuración de la deuda acompañada por asistencia desde la Unión Europea.
“Sin crecimiento no es posible salir de la crisis. Cuanto más se demore el resultado político mayores serán la inestabilidad y los costos”, afirmó ayer Stiglitz. Consideró que se requieren mayores estímulos fiscales para superar la crisis estructural en Europa. “Va a ser necesario más dinero para que funcione el euro, así como también va a ser necesario más dinero para que deje de hacerlo. De una forma u otra, Alemania va a perder mucho dinero”, apuntó. En ese sentido, recomendó inyectar mayores recursos para distribuir desde el Fondo de Estabilidad Financiera Europeo. Esos fondos deberían, según explicó Stiglitz, apuntar a compensar las diferencias entre las estructuras productivas de los países más poderosos y los periféricos. A su vez, el norteamericano también respaldó la emisión de eurobonos, una política que Alemania y Francia rechazan.

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