Italia pasa a ser el epicentro de la crisis de la deuda europea
ROMA—El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, bajo una intensa presión para apaciguar a los mercados, rechazó los llamados de los inversionistas y de los líderes empresariales para anunciar medidas destinadas a reactivar la estancada economía del país. Esto podría acentuar los temores de que la reacción de los líderes europeos es demasiado tardía para contener la crisis de deuda que atraviesa la región.
Italia, la tercera economía de la zona euro, desplazó a España en los últimos días para transformarse en el epicentro de las preocupaciones de los mercados sobre el euro.
Hacia finales de la jornada del miércoles, el rendimiento de los bonos soberanos italianos a 10 años se ubicó en 6,07 puntos porcentuales, 3,66 puntos porcentuales por encima de los bonos alemanes del mismo plazo. En tanto, el rendimiento de los bonos españoles a 10 años cerró en 6,23 puntos porcentuales.
La evolución de los mercados de bonos de Italia y España "son causa de profunda preocupación", reconoció el presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, José Manuel Barroso, en un comunicado difundido el miércoles por la mañana.
Muchos esperaban que el discurso de Berlusconi ante el Parlamento aplacara las dudas de los inversionistas. Aguardaban, en particular, el anuncio de compromisos específicos para abordar algunos de los problemas estructurales de la economía, como el rígido mercado laboral, los elevados impuestos y la falta de inversiones en investigación. Otros querían cambios en un plan de austeridad de 40.000 millones de euros (US$57.000 millones) aprobado por el Parlamento hace apenas dos semanas.
El primer ministro, en cambio, manifestó que las "tensiones" en los mercados internacionales eran impulsadas por las dilatadas negociaciones en Washington para elevar el límite de endeudamiento estadounidense.
Aseguró que los mercados estaban evaluando incorrectamente la deuda soberana italiana al no tomar en cuenta el alto nivel de ahorros de las familias y la fortaleza de los bancos italianos, que, insistió, han sobrellevado la crisis financiera mejor que sus pares europeos.
"Como pasa a menudo en una crisis de confianza, los mercados no están evaluando correctamente nuestro crédito", aseveró Berlusconi. "Nuestra economía es saludable. El país es económica y financieramente sólido", recalcó.
"El crecimiento es ciertamente el objetivo fundamental", dijo Berlusconi en su discurso. El primer ministro, sin embargo, no anunció ninguna medida concreta para reanimar el crecimiento económico y optó por informar que planeaba asistir a mesas redondas con líderes empresariales y sindicales para analizar formas para liberalizar el mercado laboral italiano.
El mes pasado, Italia aprobó un recorte de gastos en torno a los 40.000 millones de euros y los líderes de la zona euro realizaron una cumbre en la que comprometieron nuevas medidas para ayudar a Grecia, Irlanda y Portugal. Los inversionistas, sin embargo, distan de estar convencidos.
La oposición política italiana y algunos líderes empresariales dudan de la capacidad del gobierno encabezado por Berlusconi para lograr la aprobación de medidas severas en el Parlamento, donde el primer ministro tiene una leve mayoría.
"Tenemos un enorme problema de credibilidad en el país. Necesitamos un liderazgo capaz de restaurar la cohesión", dijo Sergio Marchionne, presidente ejecutivo de las automotrices Fiat SpA y Chrysler LLC en una entrevista con la agencia de noticias ANSA. El comentario, realizado antes del discurso de Berlusconi, fue confirmado por un portavoz.
Mientras tanto, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, interrumpió por segunda vez sus vacaciones para reunirse con ministros y líderes para analizar "los más recientes movimientos en los mercados financieros", informó su oficina.
El gobierno español informó que llevará a cabo dos reuniones de gabinete para aprobar nuevas reformas económicas en un esfuerzo para contener la volatilidad de los mercados e impedir el colapso de la cuarta economía de la zona euro.
Los costos de financiamiento de España se están acercando a los niveles que alcanzaron Grecia, Irlanda y Portugal antes de que se vieran obligados a solicitar un paquete de rescate.
La zona euro ha planeado durante varios meses expandir a unos US$440.000 millones de euros su principal fondo de rescate, desde los actuales 250.000 millones de euros. La medida, sin embargo, debe ser ratificada por los parlamentos de los países miembros, lo que probablemente no ocurrirá antes de septiembre. Pero incluso un fondo ampliado de 440.000 millones de euros sería insuficiente para asistir a Italia y España.
La deuda pública italiana asciende a los 1,8 billones (millones de millones) de euros, un 120% del Producto Interno Bruto (PIB), una de las más altas del mundo.
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Italia, la tercera economía de la zona euro, desplazó a España en los últimos días para transformarse en el epicentro de las preocupaciones de los mercados sobre el euro.
Hacia finales de la jornada del miércoles, el rendimiento de los bonos soberanos italianos a 10 años se ubicó en 6,07 puntos porcentuales, 3,66 puntos porcentuales por encima de los bonos alemanes del mismo plazo. En tanto, el rendimiento de los bonos españoles a 10 años cerró en 6,23 puntos porcentuales.
La evolución de los mercados de bonos de Italia y España "son causa de profunda preocupación", reconoció el presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, José Manuel Barroso, en un comunicado difundido el miércoles por la mañana.
Muchos esperaban que el discurso de Berlusconi ante el Parlamento aplacara las dudas de los inversionistas. Aguardaban, en particular, el anuncio de compromisos específicos para abordar algunos de los problemas estructurales de la economía, como el rígido mercado laboral, los elevados impuestos y la falta de inversiones en investigación. Otros querían cambios en un plan de austeridad de 40.000 millones de euros (US$57.000 millones) aprobado por el Parlamento hace apenas dos semanas.
El primer ministro, en cambio, manifestó que las "tensiones" en los mercados internacionales eran impulsadas por las dilatadas negociaciones en Washington para elevar el límite de endeudamiento estadounidense.
Aseguró que los mercados estaban evaluando incorrectamente la deuda soberana italiana al no tomar en cuenta el alto nivel de ahorros de las familias y la fortaleza de los bancos italianos, que, insistió, han sobrellevado la crisis financiera mejor que sus pares europeos.
"Como pasa a menudo en una crisis de confianza, los mercados no están evaluando correctamente nuestro crédito", aseveró Berlusconi. "Nuestra economía es saludable. El país es económica y financieramente sólido", recalcó.
"El crecimiento es ciertamente el objetivo fundamental", dijo Berlusconi en su discurso. El primer ministro, sin embargo, no anunció ninguna medida concreta para reanimar el crecimiento económico y optó por informar que planeaba asistir a mesas redondas con líderes empresariales y sindicales para analizar formas para liberalizar el mercado laboral italiano.
El mes pasado, Italia aprobó un recorte de gastos en torno a los 40.000 millones de euros y los líderes de la zona euro realizaron una cumbre en la que comprometieron nuevas medidas para ayudar a Grecia, Irlanda y Portugal. Los inversionistas, sin embargo, distan de estar convencidos.
La oposición política italiana y algunos líderes empresariales dudan de la capacidad del gobierno encabezado por Berlusconi para lograr la aprobación de medidas severas en el Parlamento, donde el primer ministro tiene una leve mayoría.
"Tenemos un enorme problema de credibilidad en el país. Necesitamos un liderazgo capaz de restaurar la cohesión", dijo Sergio Marchionne, presidente ejecutivo de las automotrices Fiat SpA y Chrysler LLC en una entrevista con la agencia de noticias ANSA. El comentario, realizado antes del discurso de Berlusconi, fue confirmado por un portavoz.
Mientras tanto, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, interrumpió por segunda vez sus vacaciones para reunirse con ministros y líderes para analizar "los más recientes movimientos en los mercados financieros", informó su oficina.
El gobierno español informó que llevará a cabo dos reuniones de gabinete para aprobar nuevas reformas económicas en un esfuerzo para contener la volatilidad de los mercados e impedir el colapso de la cuarta economía de la zona euro.
Los costos de financiamiento de España se están acercando a los niveles que alcanzaron Grecia, Irlanda y Portugal antes de que se vieran obligados a solicitar un paquete de rescate.
La zona euro ha planeado durante varios meses expandir a unos US$440.000 millones de euros su principal fondo de rescate, desde los actuales 250.000 millones de euros. La medida, sin embargo, debe ser ratificada por los parlamentos de los países miembros, lo que probablemente no ocurrirá antes de septiembre. Pero incluso un fondo ampliado de 440.000 millones de euros sería insuficiente para asistir a Italia y España.
La deuda pública italiana asciende a los 1,8 billones (millones de millones) de euros, un 120% del Producto Interno Bruto (PIB), una de las más altas del mundo.
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