Con nuevo plan, Brasil protege su industria (aprendan en argentina el 1 a 1 una estafa)
SÃO PAULO, Brasil—En su lucha contra el efecto paralizante que el fortalecimiento del real tiene sobre los fabricantes, el gobierno de Brasil anunció ayer recortes de impuestos temporales para determinados sectores, el incremento de préstamos para la industria y un programa de compras gubernamentales que favorecerá a los productos brasileños frente a las importaciones más baratas.
Las medidas, presentadas por la presidenta Dilma Rousseff en un discurso en Brasilia, coinciden con el anuncio de una caída de la producción industrial más pronunciada de lo previsto durante el mes de junio. Agobiadas por las altas tasas de interés, una inundación de bienes baratos de China y una moneda que se ha disparado más de 40% frente al dólar desde principios de 2009, las industrias brasileñas produjeron 1,6% menos en junio que en mayo, según el gobierno.
"Tenemos que proteger nuestra economía, nuestras fuerzas productivas y nuestros empleos", dijo Rousseff, al afirmar que las nuevas medidas mejorarán los impuestos, el crédito y las condiciones de contratación para los sectores más afectados por la llamada "guerra de divisas". Desde el año pasado, Brasil ha utilizado el término para criticar las políticas monetarias de Estados Unidos y otros mercados desarrollados que deprimieron el valor del dólar y otras monedas importantes frente a las de muchos mercados emergentes de rápido crecimiento, incluyendo el real brasileño.
Entre las nuevas iniciativas, destaca el plan de exenciones fiscales por unos US$16.000 millones sobre las nóminas de los fabricantes de sectores como el textil, calzado y software. Los recortes, presentados como un "proyecto piloto" que se prolongaría hasta fines de 2012, podría extenderse e incluir otros sectores, indicó el gobierno.
Rousseff anunció también varios programas de préstamos subsidiados a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y anunció un programa que favorecerá a los productos brasileños en compras gubernamentales. El nuevo Plan Brasil Mayor permitirá al gobierno pagar hasta 25% más por productos locales frente a bienes similares de origen extranjero, especialmente cuando sean equipamientos para la salud, la defensa, las comunicaciones y la tecnología de punta.
Los líderes de la industria recibieron bien la noticia de las medidas, pero dijeron que son necesarias reformas más profundas y permanentes para que Brasil supere los obstáculos que históricamente han mantenido altos los costos de los negocios, desde las elevadas tasas de interés y la tambaleante infraestructura hasta la corrupción. Las medidas "son positivas, pero no suficiente para liberar a la industria de su camisa de fuerza", dijo Robson Andrade, presidente de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil.
Mientras que las medidas deberían proporcionar un respiro a corto plazo para algunos sectores, los economistas sostienen que harán muy poco para mejorar la competitividad de Brasil en su conjunto. "¿Cómo ayudo a Brasil con la compra de productos brasileños, incluso si son inferiores y más caros que los extranjeros?", se pregunta Márcio Garcia, un economista de la Universidad Católica de Río de Janeiro.
nota original
Las medidas, presentadas por la presidenta Dilma Rousseff en un discurso en Brasilia, coinciden con el anuncio de una caída de la producción industrial más pronunciada de lo previsto durante el mes de junio. Agobiadas por las altas tasas de interés, una inundación de bienes baratos de China y una moneda que se ha disparado más de 40% frente al dólar desde principios de 2009, las industrias brasileñas produjeron 1,6% menos en junio que en mayo, según el gobierno.
"Tenemos que proteger nuestra economía, nuestras fuerzas productivas y nuestros empleos", dijo Rousseff, al afirmar que las nuevas medidas mejorarán los impuestos, el crédito y las condiciones de contratación para los sectores más afectados por la llamada "guerra de divisas". Desde el año pasado, Brasil ha utilizado el término para criticar las políticas monetarias de Estados Unidos y otros mercados desarrollados que deprimieron el valor del dólar y otras monedas importantes frente a las de muchos mercados emergentes de rápido crecimiento, incluyendo el real brasileño.
Entre las nuevas iniciativas, destaca el plan de exenciones fiscales por unos US$16.000 millones sobre las nóminas de los fabricantes de sectores como el textil, calzado y software. Los recortes, presentados como un "proyecto piloto" que se prolongaría hasta fines de 2012, podría extenderse e incluir otros sectores, indicó el gobierno.
Rousseff anunció también varios programas de préstamos subsidiados a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y anunció un programa que favorecerá a los productos brasileños en compras gubernamentales. El nuevo Plan Brasil Mayor permitirá al gobierno pagar hasta 25% más por productos locales frente a bienes similares de origen extranjero, especialmente cuando sean equipamientos para la salud, la defensa, las comunicaciones y la tecnología de punta.
Los líderes de la industria recibieron bien la noticia de las medidas, pero dijeron que son necesarias reformas más profundas y permanentes para que Brasil supere los obstáculos que históricamente han mantenido altos los costos de los negocios, desde las elevadas tasas de interés y la tambaleante infraestructura hasta la corrupción. Las medidas "son positivas, pero no suficiente para liberar a la industria de su camisa de fuerza", dijo Robson Andrade, presidente de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil.
Mientras que las medidas deberían proporcionar un respiro a corto plazo para algunos sectores, los economistas sostienen que harán muy poco para mejorar la competitividad de Brasil en su conjunto. "¿Cómo ayudo a Brasil con la compra de productos brasileños, incluso si son inferiores y más caros que los extranjeros?", se pregunta Márcio Garcia, un economista de la Universidad Católica de Río de Janeiro.
nota original
Comentarios
Publicar un comentario