Investigan colocaciones de deuda europea

LONDRES—Es una de las pocas certezas de Wall Street. Al preguntarle a un banquero que venda bonos o acciones cómo van sus transacciones la respuesta será invariable: "Hay muchísimo interés por parte de los inversionistas".
Ahora, sin embargo, un ente autorregulatorio europeo examina si ese optimismo permanente puede, en ocasiones, inducir a error a los inversionistas en los mercados de deuda europeos, según fuentes cercanas.
La Asociación Internacional de Mercados de Capitales, ICMA por sus siglas en inglés, investiga si los bancos han exagerado la demanda de los inversionistas en ciertas colocaciones, incluyendo las de deuda emitida por los gobiernos europeos, añaden.
La medida de ICMA se produce luego de las quejas de algunos bancos e inversionistas que sostienen que algunas instituciones podrían haber exagerado el interés de los inversionistas en algunas emisiones de bonos, en un intento por estimular el interés por deuda potencialmente riesgosa, como las colocaciones realizadas para apuntalar a países de la periferia zona euro aseguran las mismas fuentes.
Algunos banqueros creen que las quejas de los inversionistas y la investigación de ICMA podrían reducir la demanda de deuda soberana europea. Los gobiernos europeos con problemas financieros han tenido problemas para recaudar deuda en los mercados de capitales en los últimos 12 meses.
ICMA, una asociación del sector con sede en Zúrich que establece pautas de conducta en mercados de renta variable y renta fija, ha estudiado las denuncias durante meses, de acuerdo con los informantes. Es probable que la organización difunda pronto directrices dirigidas a sus miembros para desalentar tales exageraciones, añadieron las fuentes.
Aunque ICMA carece de las facultades para obligar a los bancos a modificar su comportamiento y no está en contacto con los reguladores nacionales, las nuevas directrices constituyen una señal de preocupación por un tema que ha sido ampliamente considerado desde hace años como una zona gris en los mercados financieros. No hay indicios de que se trate de una práctica ilegal.
Las quejas abordan una práctica estándar del sector. En la comercialización de las emisiones de bonos, los bancos ofrecen a los posibles inversionistas pistas informales sobre la cantidad de la demanda que existe para la deuda, según banqueros e inversionistas. Esa orientación influye en el tamaño de las órdenes de los inversionistas. Si hay una gran demanda por cierto bono, en general, los inversionistas aumentan sus ofertas para hacerse al menos de una parte de la transacción.
En esta ocasión, los inversionistas y algunos bancos se quejaron ante ICMA acerca de que algunas instituciones colocadoras fueron demasiado lejos. Se quejan de que esos bancos venden deuda asegurando que tenían una demanda mayor para ciertos acuerdos de la que en realidad existía.
"Uno quiere demostrar que la operación marcha bien", dijo un alto ejecutivo de bonos soberanos de un importante banco global, quien opina que a menudo la demanda por una emisión se exagera.
Martin Sheck, presidente ejecutivo de ICMA, dijo que el tema se está investigando. "De vez en cuando puede haber algo de inflación en el libro de órdenes", reconoció.
Un acuerdo bajo escrutinio es un "bono cubierto" emitido por Banco Santander SA el mes pasado, afirmó una persona. Un bono cubierto es respaldado por una garantía que se mantiene en el balance de un banco. En este caso, se trató de los préstamos del Santander a los gobiernos regionales y locales españoles.
La operación fue manejada por HSBC Holdings PLC, Société Générale SA, Commerzbank AG y el propio Santander. Miembros de ICMA manifestaron su preocupación dado que durante el proceso de venta, uno o más de los bancos informaron a potenciales inversionistas que se habían conseguido órdenes en torno a los 1.500 millones de euros (US$2.100 millones), superando el tamaño original de la oferta proyectada en 1.000 millones de euros, indican fuentes familiarizadas con el tema.
Los inversionistas, no obstante, no quisieron exponerse a la tambaleante economía de España. A fin de mover el acuerdo de 1.000 millones de euros, los bancos colocadores tuvieron que comprar cientos de millones en valores para sí mismos, dicen fuentes cercanas. Los bancos colocadores, en tanto, declinaron referirse al asunto.
Es probable que las nuevas pautas de ICMA incluyan estándares más estrictos sobre cómo y cuándo los bancos divulgan detalles sobre las órdenes existentes de los inversionistas, dicen ejecutivos del sector.
Si las nuevas directrices desalientan esta clase de prácticas, los países podrían tener más dificultades para levantar deuda en los mercados de capital.

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