El plan maestro de China para el yuan se tropieza con obstáculos imprevistos

BEIJING—Cuando China anunció un programa pionero para internacionalizar más su moneda a mediados de 2009, mencionó "el creciente llamado" de los socios comerciales chinos a usar el yuan en transacciones transfronterizas.
Más de un año después, el Banco Popular de China alabó el programa como un "éxito", mencionando el avance marcado en la cantidad de comercio que se lleva a cabo en la moneda.
No todo salió según lo planeado.
La medida tuvo efectos colaterales importantes y e inesperados, entre ellos el de dar a las compañías e inversionistas una manera de beneficiarse de la diferencia en las tasas de interés entre China y otros países, y abrir una senda para que una avalancha de "dinero especulativo" inunde el país.
También ha aumentado, en vez de haber reducido, la cantidad de reservas de divisas que se acumulan en las arcas de China, lo opuesto de lo que Beijing buscaba cuando abrió el yuan para el comercio extranjero.
Esto, a su vez, podría agravar la ya difícil batalla que libra China para controlar una tasa de inflación de más de 6%, a medida que el banco central necesita imprimir más yuanes para comprar los dólares que inundan el país.
Los tropiezos de China en tratar de conseguir que su moneda tenga mayor aceptación fuera de sus fronteras ponen de relieve una contradicción fundamental en el núcleo de los planes de Beijing: las autoridades chinas quieren mantener un control estricto sobre el valor del yuan para que las exportaciones sigan pujantes, y a la vez alentar a más compañías e inversionistas del extranjero a usar su moneda.
China procura limitar el ascenso del yuan manteniendo su apreciación bajo estricto control, pero el programa de internacionalización pone presión alcista sobre la moneda.
La semana pasada, el Banco Popular de China dijo que las reservas de divisas subieron en US$153.000 millones en el segundo trimestre a US$3,2 billones (millones de millones).
De ese incremento, US$48.000 millones, o alrededor de un tercio, es atribuible a la decisión de China de permitir que el yuan se use en transacciones de comercio extranjero, calcula Zhu Chaoping, director de investigación de ChinaScope Financial, firma de investigación de mercado en Hong Kong.
En los dos trimestres anteriores, el programa de comercio sumó un total de US$83.500 millones a las reservas de China, calcula Zhu.
China esperaba en que permitir que el yuan fuera usado más libremente en el exterior elevaría la demanda de la moneda, también conocida como el renminbi o RMB, y reduciría la cantidad de dólares que entra al país.
A largo plazo, China quiere convertir el yuan en una moneda internacional de reserva que se use para inversiones, comercio y préstamos, como sucede con el dólar y el euro.
Un yuan ampliamente aceptado podría ayudar a las compañías chinas a mitigar los riesgos cambiarios. Los exportadores chinos, en particular, temen que la apreciación continua del yuan contra el dólar —un ascenso que los líderes de China han tratado de restringir— los exponga a pérdidas si solo pueden cobrar en dólares, que constantemente han estado perdiendo valor.
Existe la impresión de que el yuan está subvaluado, por lo cual solo los vendedores extranjeros están interesados en el comercio.
Casi 90% del comercio transfronterizo realizado en yuanes en el primer trimestre —por un total de 360.300 millones de yuanes, o 7% del comercio total de China— consistía en importaciones por China, según datos suministrados por el Banco Popular de China, señal de que la demanda extranjera no ha aumentado mucho.
Li Bo, director de la división de política monetaria del banco central chino, dijo en un discurso en abril que el objetivo del programa de comercio transfronterizo con yuanes era ayudar a compañías chinas a reducir los riesgos cambiarios y facilitar el comercio e inversiones transfronterizos.
Funcionarios del Banco Popular de China se negaron a hacer comentarios para este artículo.
El economista de Harvard Jeffrey Frankel, dijo que China es un caso inusual en su presión por dar a la moneda un mayor papel internacional. Japón y Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, y Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial, resistieron tales intentos porque les inquietaba que sus monedas se fortalecieran y ello hiciera que sus exportaciones se vuelvan menos competitivas.
Por ahora, el banco central de China pugna por lidiar con compañías que quieren usar el programa de internacionalización como una vía para el llamado dinero especulativo, el cual puede contribuir a peligrosas burbujas en el mercado inmobiliario y los mercados bursátiles de China, mientras los inversionistas por colocar su dinero en sectores que se considera tienen un alto retorno.
La Administración Cambiaria Estatal, el regulador cambiario del banco central, ha establecido una "campaña especial " contra los flujos de dinero especulativo.
La semana pasada, el regulador multó a Guangzhou Teng Hang Metal Materials Co., de Guangzhou, China, que compra chatarra de acero del extranjero para reciclado, por manipular sus pagos de importaciones.
La compañía difirió inapropiadamente pagos de US$1,3 millones, adujo la Administración Cambiaria Estatal.
El diferimiento de pagos para importaciones es una táctica que han usado las compañías chinas por mucho tiempo para beneficiarse de la apreciación del yuan.

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