Paul Krugman almorzó con empresarios y les ganó en optimismo
"Nos sorprendió el optimismo, incluso contrario al que hemos leído en sus artículos recientes, recalcó varias veces que estamos mejor que otros", dijo el presidente de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner.
El estaba menos preocupado que nosotros por la inflación en la Argentina". Así describieron los comensales al economista y Premio Nobel Paul Krugman, que ayer compartió un almuerzo con parte de la cúpula empresaria argentina.
El denominado Grupo de los Siete agasajó ayer al mediodía a Krugman, quien llegó al país invitado a la reunión anual de la Cámara de la Construcción, que conduce Carlos Wagner. Por eso Wagner quiso la yapa y fue anfitrión en este encuentro en el que ninguno de los empresarios argentinos pudo convencer al ilustre visitante que coma un lomo argentino con vino tinto malbec. Krugman prefirió pollo con vino blanco torrentés y nadie quiso contradecirlo.
" Nos sorprendió el optimismo, incluso contrario al que hemos leído en sus artículos recientes, recalcó varias veces que estamos mejor que otros" , dijo Wagner a Clarín. También estuvieron en la mesa el titular de la Unión Industrial, Héctor Méndez, el de la Bolsa, Adelmo Gabbi, el de los bancos nucleados en Adeba, Jorge Brito, y el vice de la Cámara de Comercio, Alberto Grimoldi. Hugo Biolcati, presidente de la Rural, se excusó porque estaba en el interior.
En la charla informal de más de dos horas con los empresarios, el economista no ahorró elogios para Brasil. Calificó al principal socio comercial argentino como "la futura potencia mundial y la locomotora de América Latina". Además, les dijo a los otros comensales que él es "más optimista con el hemisferio sur que con el norte" . Cuidadoso y conocedor de los matices políticos domésticos, Krugman esquivó toda referencia política y cualquier mención a las elecciones de 2011.
Para las perspectivas económicas argentinas, Krugman admitió que hay un dólar sostenido y precios en alza. En la confianza que le daba esa mesa para pocos, el Nobel pronosticó las buenas expectativas por los precios de los commodities y por la locomotora brasileña. Y dijo que "la inflación es un tema a resolver, pero no traerá consecuencias dramáticas" . Para el experto, las situaciones más complejas están focalizadas en Irlanda, Portugal, España e incluso en los Estados Unidos.
Mirando a los emergentes, Krugman apostó por una inevitable revaluación de la moneda china en el marco de la guerra de las monedas y debido a la presión comercial estadounidense.
Al filo de la sobremesa, Krugman (quien había sido exprimido por las preguntas de los empresarios), se tomó revancha. Les pidió a los dirigentes empresarios un diagnóstico sobre cada sector. Brito se apresuró a dar detalles sobre los préstamos bancarios y las tasas; Gabbi alardeó del aumento en el volumen de operaciones en la rueda porteña y Méndez, contó que la semana próxima tendrá la agenda apretada. En la sede fabril ya comenzaron a desempolvar los borradores técnicos que habían escrito hace más de un año cuando el Gobierno los convocó al diálogo Social. Igual, hasta ahora no hay ninguna convocatoria formal.
nota original
El estaba menos preocupado que nosotros por la inflación en la Argentina". Así describieron los comensales al economista y Premio Nobel Paul Krugman, que ayer compartió un almuerzo con parte de la cúpula empresaria argentina.
El denominado Grupo de los Siete agasajó ayer al mediodía a Krugman, quien llegó al país invitado a la reunión anual de la Cámara de la Construcción, que conduce Carlos Wagner. Por eso Wagner quiso la yapa y fue anfitrión en este encuentro en el que ninguno de los empresarios argentinos pudo convencer al ilustre visitante que coma un lomo argentino con vino tinto malbec. Krugman prefirió pollo con vino blanco torrentés y nadie quiso contradecirlo.
" Nos sorprendió el optimismo, incluso contrario al que hemos leído en sus artículos recientes, recalcó varias veces que estamos mejor que otros" , dijo Wagner a Clarín. También estuvieron en la mesa el titular de la Unión Industrial, Héctor Méndez, el de la Bolsa, Adelmo Gabbi, el de los bancos nucleados en Adeba, Jorge Brito, y el vice de la Cámara de Comercio, Alberto Grimoldi. Hugo Biolcati, presidente de la Rural, se excusó porque estaba en el interior.
En la charla informal de más de dos horas con los empresarios, el economista no ahorró elogios para Brasil. Calificó al principal socio comercial argentino como "la futura potencia mundial y la locomotora de América Latina". Además, les dijo a los otros comensales que él es "más optimista con el hemisferio sur que con el norte" . Cuidadoso y conocedor de los matices políticos domésticos, Krugman esquivó toda referencia política y cualquier mención a las elecciones de 2011.
Para las perspectivas económicas argentinas, Krugman admitió que hay un dólar sostenido y precios en alza. En la confianza que le daba esa mesa para pocos, el Nobel pronosticó las buenas expectativas por los precios de los commodities y por la locomotora brasileña. Y dijo que "la inflación es un tema a resolver, pero no traerá consecuencias dramáticas" . Para el experto, las situaciones más complejas están focalizadas en Irlanda, Portugal, España e incluso en los Estados Unidos.
Mirando a los emergentes, Krugman apostó por una inevitable revaluación de la moneda china en el marco de la guerra de las monedas y debido a la presión comercial estadounidense.
Al filo de la sobremesa, Krugman (quien había sido exprimido por las preguntas de los empresarios), se tomó revancha. Les pidió a los dirigentes empresarios un diagnóstico sobre cada sector. Brito se apresuró a dar detalles sobre los préstamos bancarios y las tasas; Gabbi alardeó del aumento en el volumen de operaciones en la rueda porteña y Méndez, contó que la semana próxima tendrá la agenda apretada. En la sede fabril ya comenzaron a desempolvar los borradores técnicos que habían escrito hace más de un año cuando el Gobierno los convocó al diálogo Social. Igual, hasta ahora no hay ninguna convocatoria formal.
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