La presidenta del Banco Central instó a rechazar las recetas recesivas que proponen los países ricos
La presidenta del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Mercedes Marcó del Pont, advirtió ayer en Montevideo que "si se tomaran las medidas pretendidas por los países centrales para corregir los desequilibrios globales, se correría el riesgo de detener los procesos de desarrollo en parte del mundo emergente".
"Es un punto central a la hora de discutir la asignación de los esfuerzos a nivel global", afirmó la funcionaria, al exponer en las Jornadas Monetarias que organizó el Banco Central de Uruguay.
Marcó del Pont fue invitada a disertar en el encuentro, que contó con la presencia del presidente de la República Oriental del Uruguay, José Mujica.
La titular del BCRA advirtió que los países centrales y el Fondo Monetario Internacional empiezan a opinar cada vez más de la realidad de los países en desarrollo.
"Nos están haciendo las mismas viejas y fracasadas recomendaciones: cuidado con el crecimiento del gasto público, o de los salarios o dejen apreciar sus tipos de cambio. Hay que estar atentos y precavidos", sostuvo Marcó del Pont.
La presidenta del Central destacó que durante la crisis financiera internacional las economías emergentes mostraron capacidad para lidiar con los shocks negativos transmitidos desde las economías desarrolladas.
Añadió que parte muy importante de esa capacidad "fue construida a partir de la instrumentación de políticas macro en los países en desarrollo, que promovieron la competitividad externa, la acumulación precautoria de reservas internacionales y la consistencia fiscal".
"En este contexto las economías avanzadas están presionando a los países emergentes para que soporten un mayor peso de los costos del rebalanceo", enfatizó la funcionaria.
Marcó del Pont alertó sobre las verdaderas demandas de las economías ricas a los países emergentes, detrás del eufemismo "necesidad de rebalancear la demanda global, o rotar la demanda".
Según explicó, lo que se pide desde esos centros es "una actitud pasiva frente a la fuerte entrada de capitales que están experimentando, como corolario de las políticas monetarias expansivas de países centrales".
Y también, "apreciaciones cambiarias que deterioren los saldos comerciales de las economías emergentes".
Marcó del Pont opinó que en la discusión sobre la necesidad de un "rebalanceo global" planteado desde las economías avanzadas, los emergentes deberán ser más enfáticos en destacar problemas adicionales que generan los flujos de capitales, con efectos sobre el desarrollo más allá de los de corto plazo.
Por ejemplo, señaló la titular del BCRA, esos capitales "generan apreciación cambiaria, lo que desalienta la inversión en transables y reduce el crecimiento".
Provocan además "desaliento a la diversificación de la estructura productiva y de las exportaciones".
"Los países avanzados, tanto como los organismos internacionales, que recomiendan el libre comercio y ausencia de políticas industriales activas parecen estar derribando la escalera que ellos usaron para desarrollarse", concluyó Marcó del Pont.
"Es un punto central a la hora de discutir la asignación de los esfuerzos a nivel global", afirmó la funcionaria, al exponer en las Jornadas Monetarias que organizó el Banco Central de Uruguay.
Marcó del Pont fue invitada a disertar en el encuentro, que contó con la presencia del presidente de la República Oriental del Uruguay, José Mujica.
La titular del BCRA advirtió que los países centrales y el Fondo Monetario Internacional empiezan a opinar cada vez más de la realidad de los países en desarrollo.
"Nos están haciendo las mismas viejas y fracasadas recomendaciones: cuidado con el crecimiento del gasto público, o de los salarios o dejen apreciar sus tipos de cambio. Hay que estar atentos y precavidos", sostuvo Marcó del Pont.
La presidenta del Central destacó que durante la crisis financiera internacional las economías emergentes mostraron capacidad para lidiar con los shocks negativos transmitidos desde las economías desarrolladas.
Añadió que parte muy importante de esa capacidad "fue construida a partir de la instrumentación de políticas macro en los países en desarrollo, que promovieron la competitividad externa, la acumulación precautoria de reservas internacionales y la consistencia fiscal".
"En este contexto las economías avanzadas están presionando a los países emergentes para que soporten un mayor peso de los costos del rebalanceo", enfatizó la funcionaria.
Marcó del Pont alertó sobre las verdaderas demandas de las economías ricas a los países emergentes, detrás del eufemismo "necesidad de rebalancear la demanda global, o rotar la demanda".
Según explicó, lo que se pide desde esos centros es "una actitud pasiva frente a la fuerte entrada de capitales que están experimentando, como corolario de las políticas monetarias expansivas de países centrales".
Y también, "apreciaciones cambiarias que deterioren los saldos comerciales de las economías emergentes".
Marcó del Pont opinó que en la discusión sobre la necesidad de un "rebalanceo global" planteado desde las economías avanzadas, los emergentes deberán ser más enfáticos en destacar problemas adicionales que generan los flujos de capitales, con efectos sobre el desarrollo más allá de los de corto plazo.
Por ejemplo, señaló la titular del BCRA, esos capitales "generan apreciación cambiaria, lo que desalienta la inversión en transables y reduce el crecimiento".
Provocan además "desaliento a la diversificación de la estructura productiva y de las exportaciones".
"Los países avanzados, tanto como los organismos internacionales, que recomiendan el libre comercio y ausencia de políticas industriales activas parecen estar derribando la escalera que ellos usaron para desarrollarse", concluyó Marcó del Pont.
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