¿Cuanto le costo al estado Argentino el grupo Clarin? #divisasweb #forexarg #forex #clarin #7D

Como sabran EL monopolio de Clarin a lo largo de su historia y mas desde la dictadura militar para esta parte, siempre fue FUNCIONAL a todo el que este en el poder, desde los Militares hasta Kristina K, claro que luego se dieron vuelta las cosas en este ultimo tiempo, de la misma forma que paso con todos los gobiernos anteriores, cuando CLARIN ve que no puede chupar mas de un gobierno, lo escupe y propone un nuevo candidato para gobernar el pais.


me parece bastante dudoso que estos miserables ladrones paguen su deuda, y me hablan de capital privado, las bolas, se aprovecharon del estado, si de ud giles que creen en la mentira de clarin

Ahora, cuanto nos costo a los argentinos todo esto?, bueno voy a poner un poco de data historica:

Breve historia de las sucesivas leyes Clarín
(Por Walter Goobar) El Grupo, que en la actualidad maneja 264 licencias de medios de comunicación en todo el país, agitó los fantasmas de que la nueva Ley de Radiodifusión atenta contra “el pluralismo de ideas”, “la independencia periodística”, “la libertad de expresión” y “la libertad de prensa”.

La campaña en contra de lo que fue el proceso de sanción de la nueva Ley de Servicios Audiovisuales se convirtió en uno de los espectáculos más groseros y pornográficos de nuestra vida en democracia. El Grupo Clarín, que en la actualidad maneja 264 licencias de medios de comunicación en todo el país, agitó los fantasmas de que la nueva Ley de Radiodifusión atenta contra “el pluralismo de ideas”, “la independencia periodística”, “la libertad de expresión” y “la libertad de prensa”. Sin embargo, la virulencia que tuvo la campaña y el cúmulo de falacias empleadas tienen más que ver con lo que Clarín siempre calló que con lo que informó.En lugar de recurrir al básico ejercicio del periodismo, Clarín apeló a la inflamada retórica de una propaganda que forma parte de la banalización del periodismo. La dureza de su retórica verbal fue (es) un reflejo del silencio de años. La decadencia de los sectores que defendieron la vieja ley de la dictadura quedó evidencia en los spots televisivos que -a faltaBreve historia de las sucesivas leyes Clarín de argumentos- apelaron al miedo, utilizando términos como “ley mordaza”, “ley K”, y agitando los fantasmas de la censura, la desaparición de medios y de fuentes de trabajo.

En los canales del Grupo Clarín, como Todo Noticias (TN), y también en los de América TV, llamó la atención el bombardeo de spots apocalípticos producidos por una fundación llamada “Valores para el Bien Público”. Esa entidad no tiene existencia real, no figura en ningún registro de la Inspección General de Justicia, donde debería estar inscripta, y ni siquiera tiene una página web.

Varias fuentes sugieren que detrás de esa organización fantasmagórica se encuentra el diputado nacional y accionista de América TV Francisco de Narváez. Parece un contrasentido que las empresas de medios recurrieran a una campaña de propaganda -en lugar de la información- para comunicar su oposición a una ley, pero no lo es. A Clarín lo que le preocupa no es la perspectiva de tener que deshacerse de algunos medios, ni tampoco la posibilidad de que haya nuevos medios independientes, sino la perspectiva concreta de perder la potestad de construir la agenda única.

Pese a contar con excelentes profesionales, hace tiempo que el multimedios ha sacrificado su obligación de informar, en beneficio de la dinámica del insaciable crecimiento del consorcio grupal. Lo que este debate ha puesto al desnudo es que Clarín es un supermercado comunicacional que, a través del ejercicio selectivo de la información, persigue la gestación de negocios que son simples subproductos comerciales.

Padres de la ley. El multimedios, que ha bautizado a la ley de Servicios Audiovisuales como “ley K”, tiene la paternidad de tantas leyes y decretos confeccionadas a su medida, que no alcanzarían todas las letras del alfabeto para enunciarlas. Ninguna de esas leyes -que deberían llevar las iniciales de Videla, Menem, De la Rúa o Duhalde, entre otros- fue sometida a debate, audiencias públicas ni campañas propagandísticas. Nunca se cuestionó la legitimidad de los Parlamentos que las sancionaron en momentos en que toda la sociedad reclamaba “que se vayan todos”.

Con Jorge Rafael Videla, Clarín accedió a Papel Prensa, con Carlos Menem logró que se anulara el artículo 45, sancionado durante la dictadura, que prohibía la conglomeración de medios. A través de una licitación que estaba pactada para que la ganara Clarín, el holding accedió a las licencias de Radio Mitre y Canal 13 con lo que comenzaba la gestación del gran imperio que hoy conforma. El 27 de diciembre de 1999, el Grupo Clarín S.A. y el banco de inversiones Goldman Sachs suscribieron el acuerdo de incorporación del banco norteamericano como socio minoritario. En esa operación, se vendió por 500 millones el 18% de todo el Grupo Clarín, con la excepción de Multicanal. Por increíble que parezca, todo este proceso de acumulación dio como resultado, a fines de los ‘90, un holding endeudado en 1.000 millones de dólares, que llevó a todo el Grupo a un proceso de decadencia en el que tuvo que invertir todo su poder de presión para el salvataje.

En el libro El Hombre de Clarín -que es una benévola biografía autorizada de Héctor Magnetto-, el periodista José Ignacio López refleja la versión edulcorada de un modelo que legitima la eficacia de la extorsión como metodología sistemática para el crecimiento periodístico y empresarial. Si es preciso, se estigmatiza, hasta la destrucción, a los enemigos. Con los derrocamientos de De la Rúa y de Rodríguez Saa, Clarín logró sanear su economía. Abandonar la “pelea del descenso”, o sea, del quebranto. Al transferir, hacia la sociedad, los efectos residuales, del admirable crecimiento empresarial. Antes del 2001, el Grupo Clárin tenía una estimación de valor en el mercado de 3.200 millones de dólares; una estimación de facturación en 1999 de 2.000 millones de dólares y una deuda de alrededor de 1.700 millones de dólares que pesificó Duhalde pasando a deber sólo la tercera parte.

En la página 457 de El Hombre de Clarín se brinda una exculpación fundamental de la pesificación asimétrica que coronó la salida de la Convertibilidad. Dice el libro: “La idea de la licuación, casi un slogan, ya estaba instalada, y sería difícil cualquier esfuerzo por matizarla”. La “instalación” a la que hace referencia incluyó a AGEA, o sea a Clarín y a La Nación, entre las empresas que se beneficiaron ampliamente con la “licuadora” del 2002. Con Duhalde, Clarín, ostensiblemente, se dedicó a callar y a explotar los beneficios del silencio.

Gracias Duhalde. La Ley de Protecciones Culturales también pasó a la historia, como la Ley ProClarín y fue votada durante la presidencia de Eduardo Duhalde. El gran benefactor de los pesificadores asimétricos gestó la Ley Clarín para salvar al Grupo. En el peor momento de la crisis, en febrero de 2002, llegó la primera modificación de la Ley 24.522 de Concursos y Quiebras, cambios que llevaron a bautizarla nuevamente con el poco original rotulo de Ley Clarín, porque favorecía la posición del diario. La nueva ley extendía los plazos de negociación, que eran 7 a 9 meses de 14 a 24, y eliminaba la posibilidad del cram down, una etapa que inquietaba a Ernestina Herrera de Noble y sus ejecutivos, ya que podría permitir que un acreedor se apropiara de la compañía en una fase previa a una eventual quiebra. El caso tuvo un nuevo capítulo el 4 de diciembre de 2003, cuando el Senado de la Nación aprobó una segunda modificación a la Ley de Concursos y Quiebras, según las especificaciones aportadas por Clarín.

A partir de la sanción de esta nueva ley, para Clarín, ya nada será igual. El multimedios, que entre sus 3600 empleados tiene excelentes periodistas, no ha permitido que ni uno sólo se haya podido expresar a favor de la ley, y no es porque esas opiniones no existan. Lo que ocurre es que Clarín aplica la política de la “tolerancia cero” con el disenso, como lo demuestra el hecho que desde hace cinco años la empresa no permite ninguna actividad gremial de la profesión que dice defender. En la pelea con el Gobierno, ha terminado pulverizando la materia fundamental para el ejercicio del periodismo. La credibilidad.

GRUPO CLARÍN: EL GRAN MONOPOLIO ARGENTINO
Cuando el poder empresario empezó a darse cuenta que podía avanzar sobre los medios de comunicación y establecer relaciones con el poder político de tal manera que a través de sucesivas disposiciones legales (llámense decretos de necesidad y urgencia) o leyes concebidas al amparo de la última dictadura, comenzó entonces una carrera por alcanzar papeles dominantes en la prestación de servicios de la comunicación.

Argentina es el cuarto país en el mundo en penetración de la TV por cable por hogar detrás de E.E.U.U., Canadá y Dinamarca. El desarrollo del cable en nuestro país tuvo inicio en la década del 80 y se apoyó en dos ejes: la implantación de zonas rurales del interior y de zonas semi-rurales distantes que carecían de servicios de TV por antena. Hacia 1988 antes de la etapa de las privatizaciones se estimaba que había solo 500.000 suscriptores de cable.

En la actualidad se calcula que hay más de seis millones de abonados en el país. Estas empresas, alrededor de 700, facturaron en el año pasado (2008) alrededor de $ 2.552.000.000 (dos mil quinientos cincuenta y dos millones de pesos). La facturación del último ejercicio de “Multicanal” fue de $ 638 millones y de la “Cablevisión” de $ 883 millones de pesos. Por cantidad de abonados en el ranking sigue “Supercanal” del Grupo Vila (mendocino) con 404.500 abonados: DirecTV tiene 440.000 abonados y “Telecentro” del empresario duhaldista Alberto Pierri tiene 200.000 abonados.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la concentración del Grupo Clarín alcanza el 85%.

Pero vayamos directamente al como se consolidó el Grupo Clarín a través de los distintos gobiernos.

Los primeros pasos del holding hacia la inserción y posterior expansión en el mercado de las comunicaciones comenzaron en la dictadura militar. Con el objetivo de dejar de depender de los insumos extranjeros para poder publicar diarios o revistas, los principales periódicos del país obtuvieron de gobierno dictador de Juan Carlos Onganía la decisión de construir la planta de “Papel Prensa”. Se crea entonces el fondo para el desarrollo de la producción de papel celulosa (Decreto Ley 18.312 de agosto de 1969). Y se fija una “Tasa” de contribución del 10% a la importación de papel hasta montar una fábrica de papel argentina. De esta manera TODOS los diarios del país pagaron durante 10 años el 10% de sus importaciones de papel. Más adelante la protección arancelaria para la importación de papel aumentaría 49% por lo que la empresa se convertiría en la única alternativa posible para la adquisición de papel por parte de cualquier diario.

Para el año 1977 Papel Prensa estaba constituida de forma cuatripartita: sus acciones se repartirían en forma equivalente entre los diarios Clarín, La Nación, La Razón y el Estado nacional. O sea que tres empresas del rubro periodístico se quedaron a un precio irrisorio (el traspaso de las acciones se había hecho a un precio tres veces menor del valor real), se quedaron decía con la planta que todos lo periódicos del país habían pagado durante diez años. Primera estafa de los comunicadores de la verdad que consumen los argentinos. El diario La Razón como consecuencia de su quiebra en los años 80, le vendió todas sus acciones al holding de Papel Prensa. Sin embargo el paquete accionario en vez de costar 20 millones de dólares, le costo al grupo solo 6 millones de dólares. Más tarde en años 90 la cámara de apelaciones iniciaría juicio político al juez Foiguel López por haber autorizado la venta de las acciones a precio vil. Por supuesto no hubo nunca resolución al respecto. Segunda estafa de los grupos más “serios” en materia de la información de la que se nutren y opinan los argentinos.

Pero sigamos con el “Grupo Clarín”. Luego de la derrota de Malvinas, a diferencia de los otros medios, que habían apoyado a la dictadura y ahora corrían a alinearse con los nuevos tiempos democráticos, “Clarín” consideraba que aún había algo más que negociar con el Gral. Bignone, el último presidente de facto, y el objetivo eran nada menos que las acciones del Estado de Papel Prensa S.A. y Bignone redactó el decreto de venta de las acciones del Estado al Grupo Clarín por sólo 6 millones de dólares. Este acuerdo sería anulado por Raúl Alfonsín al estimar que la parte del Estado valía por lo menos 25 millones de dólares. Para esta época “Clarín” ya tenía participación accionaria en la agencia Diarios y Noticias y controlaba la impresión de libros y revistas desde “Artes Gráficas” Rioplatense S.A. También fue para la década del 80 que Clarín compro “Radio Mitre”, muy a pesar de que la ley de radiodifusión 22.285 prohibía a los dueños de diarios ser propietarios, socios o tener vinculación alguna con una emisora de radio o televisión. “Radio Mitre” pertenecía a una sociedad formada por Pablo Gowland, Joaquín Oteiza, Julio Moyano y Víctor Dapiche. Moyano también era el responsable artístico de la radio. Ante la debacle económica y la abultada deuda que la sociedad tenía con el “Banco Mariva”, en el cual también tenía participación accionaria “Clarín”, Julio Moyano vende sus acciones a fines de 1985. Sus socios al desaparecer el principal operador de la emisora, deciden transferir sus acciones a “Clarín” a pesar de estar prohibido por la ley aún vigente. Entre fines de 1985 y comienzos del 86, el directorio de Radio Mitre cambió su composición e ingresaron dos nuevos integrantes provenientes del “Banco Mariva”, Abel Maloney, redactor de “Clarín” y posterior gerente general de la emisora, fue la cabecera de playa para definir quienes quedarían en la emisora y a quienes se despedirían. La 790, o sea “Radio Mitre” había empezado a pertenecer a “Clarín” en violenta infracción al artículo 6 de la ley de Radiodifusión, pero el gobierno radical de entonces miró para otro lado.

Con la Ley de Reforma del Estado 23.696, por medio de la cual se enajenó vilmente al país, se les permitió, Menem mediante, a las empresas periodísticas el acceso a las licencias de Radiodifusión. Con lo cual, el primer paso hacia la privatización, previo a las Telefónicas o Aerolíneas, fue la convocatoria por parte del Estado a concurso público para la adjudicación de las licencias de las emisoras de Canal 11 y de Canal 13. Esta operación iba a convertirse en símbolo de una estrecha relación entre el Grupo Clarín y el modelo rentístico y no periodístico impulsado por la administración central. Con las nuevas normativas vigentes, propulsadas por Menem el “holding” volvía a encontrar las reglas de juego a su favor para profundizar el proceso de concentración económica, expansión y supremacía en el mercado comunicacional.

En 1992 el “holding” realiza dos adquisiciones importantes que lo posicionarían en forma privilegiada dentro del mercado de la telefonía móvil y de la televisión por cable. A través de la asociación con el grupo estadounidense GTE, explota la Compañía de Teléfonos del Interior CTI, actualmente denominada “Claro” comprada por el grupo “América Móvil” del mexicano Carlos Slim.

Por otra parte el holding “Clarín” adquirió el sistema de TV por cable “Video Cable Privado”, que más tarde pasó a ser Multicanal y que hasta el año 2000 fue la principal operadora de cable en la Argentina y en América Latina. Según el Decreto 264/98, los prestadores del servicio de telefonía básica y de larga distancia debían ser operadores de telefonía móvil y de redes físicas de TV por cable, con lo cual el Grupo Clarín ya se encontraba habilitado y compitiendo con Telefónica y Telecom, entre otros.

En esos años aparece Carlos Avila, con los derechos de televisación del fútbol argentino, cedidos por la A.F.A. por cinco años. Previo pago de derechos la A.F.A. debía autorizar que cada viernes se enfrentara un equipo grande con uno chico, para poder vender el “paquete” en el interior.

Al poco tiempo, nacen dos empresas: Televisión Satelital Codificada (T.S.C.) y Telered Imagen S.A. (TRISA). En pocas semanas ya era Clarín quien tomaba las decisiones en A.F.A. manejando los fixtures y también la comisión de árbitros para asegurar que siempre un equipo grande estuviera luchando por un título y tener asegurada la audiencia. La creación del diario deportivo Olé y la creación de un canal deportivo, “TyC Sport”, fueron la natural evolución del proceso.

En 1999 el Grupo Clarín se constituye como una sociedad anónima siendo sus accionistas mayoritarios Ernestina Herrera de Noble (segunda esposa de Roberto Noble, el fundador de Clarín) Héctor Horacio Magnetto, Juan Antonio Aranda y Lucio Rafael Pagliaro. Posteriormente se vendió el 18% de las acciones del grupo financiero Goldman Sach Group por un monto de 500 millones de dólares. Los que le permitió al holding Clarín reducir sus pasivos y contar con una nueva fuente de financiación. Conviene aclarar aquí que el grupo junto con el banco de inversión Goldman Sach es uno de los grupos de inversión más grande del mundo y a su vez fue el banco intermediario del famoso “Megacanje” de Cavallo durante el gobierno de De La Rúa con el cual se agigantó la deuda externa. Héctor Magnetto el principal operador del Grupo Clarín y tenía también en esa época el control del nuevo diario Página 12, porque molestaba demasiado a Menem. Y por seis millones de dólares de entonces se apoderó del control accionario que luego sería vendido a Spolky.

Todo este proceso de fusiones y compras iban a significar un enorme endeudamiento del Grupo Clarín… este grupo que había sido beneficiado por las calificaciones financieras internacionales había conseguido crédito externo, a tasas internacionales, sin el “spread” adjudicado por el “riesgo argentino”. Pero la debacle económica de nuestro país en el 2001 colocó al holding en una situación financiera muy difícil. En el 2002 el Decreto 1269/02 modifica la ley de sociedades comerciales Nº 19.550 que en artículo 206 preveía que la reducción de una sociedad es obligatoria cuando las pérdidas insumen las reservas y el cincuenta por ciento del capital. Una sociedad sin capital no puede entre otras cosas, llevar a cabo su objeto, ni ofrecer a los terceros acreedores la garantía al cobro de sus créditos, motivos por el cual la ley dispone su disolución.

No obstante, el nuevo decreto suspendió tal artículo atentando así contra uno de los principios básicos de la ley de sociedades. Dicha suspensión era temporal, pero en 2003 un nuevo decreto disponía una prorroga hasta diciembre de 2004 por entender que el Estado de emergencia pública se mantenía.

Durante el gobierno de Eduardo Duhalde las empresas más poderosas endeudadas, entre ellas el Grupo Clarín, ejercieron la influencia necesaria para que la pesificación se entendiera a las deudas contraídas con la banca local. Esta nueva disposición legal, pero no justa, le permitió al holding Clarín la licuación de pasivos con el sistema financiero local por un monto total de US$ 56.800.000 (cincuenta y seis millones, ochocientos mil dólares).

Las modificaciones de sistema legal a favor de Clarín durante el gobierno de Duhalde no cesarían y así se llega a la sanción de la Ley de Preservación de Patrimonios Culturales 25.750, bautizada por el diario “Ámbito Financiero” como la “Ley Clarín”. O sea que la devaluación por la cual le permitió al holding “licuar” sus deudas nacionales era de más de mil doscientos millones de dólares (casi el presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires en el 2003).

La ley concedida graciosamente por el Congreso Nacional rezaba que… “La propiedad de los medios de comunicación debe ser de empresas nacionales, permitiéndose la participación de empresas extranjeras hasta un máximo del 30% de capital. De esta manera Clarín evitaba que sus acreedores reclamasen la propiedad de algunos de los medios pertenecientes al grupo a cambio de la deuda contraída (el denominado “Gran Down”) lo cual significó una sólida base desde la cual negociar la deuda con acreedores que ya sabían de antemano que no podían hacerse del activo para el cual habían prestado mucho dinero. Paradójicamente la fiscal Gil Carbó ha denunciado que el Grupo Clarín ha violentado la ley de patrimonios culturales en relación a la posesión del 40% del paquete accionario de cable visión por parte del grupo extranjero “Fintech”.

Hernestina Herrera de Noble

En el año 2005 una nueva medida oficial vuelve a beneficiar al Grupo Clarín. Es sancionada en la ciudad de Buenos Aires la Ley 1.877 que regula la instalación en el espacio público aéreo de redes de TV por cable y sus servicios complementarios. En la nueva norma, aquellos prestadores que ya poseyeran una red operativa en funcionamiento, entre los que se encontraban “Cablevisión y Multicanal”, podrían mantener sus redes en el aire en casi todo el terreno asignado, mientras que las futuras empresas (obvio competidoras), que pretendieran prestar el servicio de TV por cable debían instalar sus redes bajo tierra. Pero hay más aún. Como el plazo de diez años para soterrar todo cableado, ordenado por el ex–intendente Jorge Domínguez, vencía el mismo 2005, la disposición de Aníbal Ibarra prorrogaba ese plazo y exoneró a las empresas tanto de pérdida de sus licencias como de las abultadas multas que debían ser abonadas por incumplimiento.

En la actualidad la estrategia del Grupo Clarín en muy clara: generar, magnificar o aprovechar las debilidades de las distintas administraciones gubernamentales para socavar su poder y después extraerles concesiones desde una posición de fuerza. Por eso gobiernos que fueron doblegados por el grupo le concedieron la autorización activa o pasiva de medios cuya posesión simultánea está prohibida en todo el mundo democrático, también le permitieron la licuación de deudas que lo hubieran llevado a la quiebra, el control de la producción del papel subvencionado por el Estado, la asignación de la mayor pauta publicitaria so pena de amenazar con tapas destituyentes.

Y ahora el último botín por el cual va el grupo es la última tecnología en las comunicaciones, el famoso triple-play. O sea un servicio que combina la señal de televisión, telefonía e Internet en una sola línea. En la Argentina Telecentro es el primer cable operador que ofrece triple-play en su concepción original. El Grupo Clarín lanzará su producto en el 2010.

En la Argentina, si no se aprueba la nueva Ley de Radiodifusión, ya no habrá más libertad de prensa, sino de empresa.

MEDIOS Y PORCENTAJES EN ACCIONES DEL HOLDING CLARÍN
Goldman y Sachs (banca financiera) 18% GC Dominio (Herrera, Magnetto, Aranda, Paglioto)
Agea 75% - Ferias y Exposiciones 75%. Diario Olé y Revista Genios.
Editoras de Revistas S.A. Revista Elle 75%.
La Razón 75%.
Radio Mitre y F.M. 100 100%.
Diario Clarín Ubi 100%.
Cable Visión 60%.
Fibertel 100%.
Canal 13 TV y Multicanal 100%.
Fintech 40%.
Fullzero, Flash y Ciudad Internet 100%.
Impiprost 50%.
Inversora de Eventos –Teledeportes. Compañía de medios digitales- 100%.
Agencia DyN de Noticias 25%.
Papel Prensa 50%.
Diario La Voz del Interior de Córdoba. Diario Los Andes de Mendoza 100% c/u.
TN canal de noticias 100% Canal Volver. Multideporte. Magazines. Canal 7 Bahía Blanca 100% c/u.
Artear Argentina 99.2%.
Polka 30%.
Patagonik 50%.
Canal Rural TV 50%.
TRISA S.A. TyC Sport 50%.
Composición de papel prensa en el 2007
Clarín 49%.
La Nación 22%.
Estado Nacional 28%.

Un deudor dominante
Clarín pasó de ser una empresa monomedia en la década de los ’80 a constituirse en el grupo de capital nacional de mayor influencia en la agenda pública, dominante en el mapa de medios de Argentina.

En los ’90 asumió una estrategia de diversificación multimedia que le permitió expandirse a diferentes segmentos de la industria cultural, ingresando también en áreas conexas como las telecomunicaciones. Así, se convirtió en uno de los jugadores mejor posicionados en el negocio de la convergencia.

Esta expansión tuvo una debilidad de origen: la lógica de inversión especulativa lo llevó a un profundo endeudamiento. Su estrecha vinculación al devenir económico del mercado interno, lo terminó exponiendo a los vaivenes de la economía local, al sustentar su expansión en un pasivo tan importante como sus activos.

La constitución de Clarín como grupo se inició en 1995, cuando tomó la decisión estratégica de competir con los grandes operadores internacionales que entraban al sector o vender y subordinarse a alguno de ellos. Para entrar en la liza debió conseguir financiamiento que le permitiera el desarrollo de la empresa y acercarse a los costos de capital con los que contaban sus competidores en sus países de origen (los grupos internacionales como Telefónica, Liberty, Hicks, tienen llegada a fondos de financiación a costos muy inferiores a sus competidores locales). Así, se gestionaron préstamos sindicados para colocar Obligaciones Negociables (ONs) en los mercados financieros internacionales. En marzo de 1999, cuando el mercado comenzó a dar los primeros síntomas de la crisis, el banco de inversión Goldman Sachs adquirió una parte minoritaria del paquete accionario del Grupo Clarín. El plan de negocios tuvo como objetivo posicionarse como actor dominante no sólo en los sectores de contenidos sino, también, en todos los segmentos de distribución.

Las expectativas de crecimiento ininterrumpido del grupo fueron revirtiéndose a partir del estancamiento de la economía argentina, la crisis financiera internacional, la explosión de la burbuja de las empresas de internet y el desdibujamiento de los negocios a futuro de la convergencia. Apareció así la fragilidad económica del grupo, que se radicalizó a partir de la devaluación del peso.

Durante los últimos años, el diario Clarín vio reducida su venta y sus ingresos por publicidad. Parte del retroceso se financió a través de la mejora en los márgenes de circulación. También se buscó la captación de nuevos segmentos del público con la edición de los suplementos zonales que asestó un duro golpe para los medios locales, que no pueden competir con un gigante mediático como Clarín, con el condicionamiento político y la pérdida de pluralidad informativa que ésto genera. Mientras la pérdida de credibilidad y la acusación a Clarín de favorecer la pesificación para licuar sus deudas son parte del lastre de la nueva etapa, el holding debió tomar algunas decisiones urgentes para no ahondar la situación deficitaria.

La estrategia del Grupo se basa en las negociaciones que debe emprender en dos planos. Por un lado, presionar a los políticos que gestionan el Estado para acordar su condición de supervivencia, y por otro, los acuerdos que pueda lograr con los tenedores de deuda.

La fórmula devaluación, pesificación y seguro de cambio, hubiese sido la que le permitiría a Clarín sanear su endeble situación económica. Mientras ésto no se plasme, presiona para que el Estado genere alguna medida de mecanismo de repago blando de la deuda emitida en moneda extranjera.

Clarín robó más de 300 millones de las afjp
Ex directivo de J. P. Morgan, cuenta la relojería con la cual Herrera de Noble, Magnetto, Aranda y Pagliaro conformaban sociedades en el exterior para sus maniobras financieras y de evasión. Una de ellas: con las afjp le robaron 300 millones a los jubilados para sostener las acciones del grupo.

Arbizu, iluminado por la timba financiera, hoy se arrepiente y revela algunos oscuros manejos de los máximos directivos de Clarín.

Por Angela Gallardo
Please, esto no lo publiques.” Hernán Esteban Arbizu repite esa frase durante toda la entrevista como un mantra. Es impresionante: desembucha/revela con liviandad y sin rodeos nombres de personalidades y empresas argentinas que lavan dinero, evaden impuestos y concentran sus ganancias en paraísos fiscales o a través de cuentas en negro en el extranjero. Luego se arrepiente, pero no es muy enfático. “Esto no lo pongas”, pero sigue. Habla dos horas sin parar. “Hablo rápido, soy vendedor”, dice todavía aferrándose a su honor profesional, hoy tan depreciado como las acciones del Grupo Clarín S.A. que cotizan en la Bolsa de Buenos Aires y de Londres desde el 11 de octubre de 2007. Arbizu fue, entre el 6 de noviembre de 2006 y el 7 de mayo de 2008, Vicepresidente Encargado de Relaciones del Cono Sur del J. P. Morgan Chase en Buenos Aires, una de las empresas más antiguas de servicios financieros del mundo con sede en la Park Avenue de Manhattan. Se encargaba de conseguir cuentas mayores a U$S 25 millones.

Los abogados de su banco hacían un trabajo de inteligencia previo con su potencial cliente, pero al momento de sentarse a la mesa Arbizu nunca podía estar seguro de si llegaba a ese monto. “Venía a Argentina por unos días. Si me daba cuenta de que el tipo tenía sólo 10 palos ya mi humor cambiaba y me ponía a pensar cómo terminarla rápido porque estaba perdiendo el tiempo. Imaginate el mareo que tenía con la guita; era terrible.” Arbizu –que es primo del ex capitán de Los Pumas– se encuentra ante la paradoja de su vida, el colmo del acusado: tiene que probar que cometió un delito.

Debe convencer al juez federal Sergio Torres de que efectivamente es un delincuente para que la Justicia argentina siga negándose a su extradición a Estados Unidos, donde los abogados de una de las empresas financieras más antiguas del mundo –el poderoso bufete Paduano & Weintramb– lo acusaron de fraude (Al parecer, la presión llegó incluso de la mano del gobierno norteamericano el 11 de julio del año pasado, cuando Brian O’neill, subsecretario del Tesoro para Asuntos del Hemisferio Occidental, se reunió con los entonces ministros de Economía e Interior, Carlos y Aníbal Fernández, y pidió la cabeza del banquero argentino.). Arbizu tiene mucha data, y por eso es peligroso para los peces gordos que lavaron dinero en Argentina. Tiene la lista de todas las cuentas de América latina, que suman entre todos los países U$S 20 mil millones. Por caso, los U$S 154.482.039,49 de la cuenta de Ernestina Laura Herrera de Noble publicados por el diario Crítica el año pasado son sólo la puntita infinitesimal de un iceberg que, bajo el agua, podría derribar al Titanic.

–¿Esos 154 millones eran dinero legal?
–Ese dinero puede ser parte en blanco y parte en negro. Es más, a Ernestina Herrera de Noble se le compraron por año, más o menos, unos 40 palos de los famosos bonos austríacos, que permitían eludir más que el 35% de Ganancias. Esa guita sí es declarada. Pero además hay un problema, que es la pata para la Afip, porque el tipo que compraba bonos austríacos no es que tenía 100 % de la guita declarada. Empezás a investigar y a partir de ese palo te aparecen 30 sin declarar. ¿Por qué no se investiga esto? Porque creen que hay que abrir mucha más puertas que las que hay que abrir. Lo de De Narváez, por ejemplo, ¿viste que hace 2 años blanqueó un montón de guita? ¿Y de dónde venía esa guita? Son todos fideicomisos, todos trusts.

–¿Qué es un fideicomiso?
–Es una estructura por la cual se oculta al verdadero propietario del dinero. Es como que vos tenés 50 palos verdes y al hacer un trust le cedés la titularidad del dinero al banco. Los nombres de fantasía que ves siempre. Hasta puede estar compuesto por una sola persona. Vos vas a ser un beneficiario por lo cual te van a pasar una determinada guita al año, durante toda tu vida, mientras dura el trust. Es así, es simple.

–GC Dominio es la sociedad que tienen Ernestina, Magnetto, Aranda y Pagliaro y por la cual controlan el 80 % de las acciones del Grupo Clarín. Según el prospecto que el grupo presentó en la Comisión Nacional de Valores en 2007, “GC Dominio es una sociedad argentina de propiedad de The 1999 Ernestina Laura Herrera de Noble New York Trust, que tiene el 35,5%; de HHM Media New York Trust, que tiene igual porcentaje; del señor José Antonio Aranda, quien tiene el 14.5 %, y del LRP New York Trust, que tiene el 14,5% por ciento”. O sea que más del 85% “corresponde a un fideicomiso irrevocable establecido conforme a las leyes del Estado de Nueva York”. ¿Esto qué significa? ¿Clarín es norteamericana?

–Mirá, eso se puede hacer por algún problema legal de expropiación, el cual pueden ir a reclamar a Estados Unidos porque es una empresa americana, por beneficios impositivos porque pueden decir “no, yo soy una empresa americana, pago impuestos en Estados Unidos y no los pago acá”. Por lo general, entre otras cosas, los fideicomisos se hacen para protección de los activos. Obviamente Clarín sería un activo. Es tan burdo, es tan simple, no es chino básico. Yo siempre lo cuento, para que te des una idea: la hija de un ex banquero tenía 70 palos y en total, líquidos, tendría unos 100 y pico. Un día la voy a ver porque estábamos haciendo una estructura austríaca para que los clientes no pagaron impuestos. Este negocio lo hice con Menem, De la Rúa, Duhalde, Kirchner, Cristina. Estos tipos siempre puteando contra el gobierno, no había uno que le venga bien.

–¿Qué negocio?
–Esta gente para justificarse que tenía la guita afuera y no pagaban impuestos, no les vino bien ni el gobierno liberal de Menem ni el gobierno –si querés– socialista de Cristina. Y todo lo que hubo en el medio. Siempre tenían excusas. Le decíamos: “En tu declaración de Afip de este año tenés 100 palos. Durante el año, 80 palos los regalaste, cediste a un fideicomiso. Tu patrimonio pasó a ser de 2 palos. Entonces pasó a pagar a la Afip de 2 millones a 10 mil dólares por año.

–Clarín saca a la venta pública sus acciones en bolsa el 11 de octubre de 2007. Dos meses antes usted dice que Magnetto y Herrera de Noble sabían que se venía la crisis financiera, avisados por el J. P. Morgan. Las acciones salen al mercado en $29,5. Ahora valen alrededor de $6.

–Sí, fue un visionario espectacular, Magnetto. O tenía la bola de cristal o tenía información.

–El paquete accionario que saca Clarín a la venta es del 20 % de su total. ¿En tres meses decidió salir a la Bolsa?

–No, ya lo tenían pensado hace tiempo. Muchas veces lo habían querido hacer pero por problemas de mercado se habían quedado freezados. Además, en agosto Magnetto piensa que otra vez se va a quedar afuera y dice “no, empecemos a acelerar todo para que salga cuanto antes”. En octubre ya lo tenían. El prospecto era básicamente el mismo que tenían en el 2002, actualizado. Lo que hicieron fue apurarse por el tema de la crisis. Las acciones las vendieron a un tercio más de lo que valieron un año después. Si te metés en la página Bloomberg, y bmetes Gcla, que es la sigla del Grupo Clarín, ves el gráfico de las acciones que se fue en picada. Además no tiene volumen esa acción. Hay días en que la acción de Clarín ni opera. No hay compradores ni vendedores. Se operan mil acciones, que no es nada. Por lo cual, el precio actual de 6 pesos es mentiroso porque si la Afip sale a vender, va a valer 3.

–¿Qué porcentaje de acciones del Grupo Clarín compraron las Afjp?
–De lo que se emitió en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires compraron el 90 %; de Londres sería el 60 por ciento. De los 300 palos iniciales esas acciones hoy valen 60 más o menos. Con la compra de acciones de Banco Patagonia y Consultatio, les robaron 500 millones a los jubilados.

–¿Pero no hay ninguna posibilidad de que esos gerentes de las Afjp hayan pensado que era una buena inversión el Grupo Clarín?
–Eso es lo que te van a decir. Por supuesto que sí. Pero sabés que, ponele que el cliente hubiera obrado de buena fe que http://uol.elargentino.com/nota-58729-Parte-en-blanco-y-parte-en-negro.htmldice bueno, es decir en el banco, sabiendo que el país y el mundo se hacían mierda, se arriesgaban a vender una acción. La acción sale 29 pesos. Tuvieron absolutamente todo en cuenta, menos que el mundo se hacía mierda. Además la acción cuando sale, aparte del prospecto de la Bolsa, sale con lo que se llama un view del banco, una lista que dice: “el Grupo Clarín es bueno por éste y tal motivo”, una calificación. Ése no es un problema legal, sino una falta de ética.

–O sea que los gerentes de las Afjp…
–Los gerentes podrían haber dicho “bueno, se equivocaron”. Pero sabés qué, estoy seguro que si era la guita de ellos, no se equivocaban. Y por otro lado pueden decir “bueno, los clientes institucionales extranjeros compraron”. Sí, pero para un fondo que maneja 2 mil palos, que tiene que tener por mandato el cómo pueden estar invertidos en Latinoamérica, meter 3 millones de dólares en Clarín no le cambiaba la vida. Es decir, a ellos no les cambia la vida pero los clientes institucionales fueron exclusivamente las Afjp. Se las enchufaron a las Afjp, las acciones. Ése es el problema.

–¿Cuánto calcula que tiene en negro el Grupo Clarín?
–Es difícil de calcular. Pueden ser 100 palos como pueden ser 500. Te digo la verdad, no sé. Y yo creo que fue en función de esto que se hizo público. Este año que no estuve en el banco, por seguridad habrán cambiado las sociedades, los nombres. De eso estoy seguro.

Clarin apoyo y fue cómplice de TODOS los gobiernos constitucionales e inconstitucionales que hubo en el pais en los últimos 40 años, vas a dejar que nuevamente te imponga un gobierno?

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